Entrevista CTV
Pocos lugares hay más coruñeses para venir al mundo que el sitio en donde inició su vida Carmen Colmeiro Rojo. “Nací en La Coruña, en la plaza de Lugo, en la casa de las caras, la casa Arambillet –explica–, pero a los cuatro años mi padre, que era médico, se fue para Vigo y volví a los 19 años, cuando me casé”. Ha sido la cara de la Cruz Roja en Galicia durante más de dos décadas y desde 1988, tras la muerte de su padre, ostenta el título de condesa de Pardo Bazán, un recuerdo constante de su famosa antepasada, con la que quiso posar para la foto que acompaña a esta entrevista.
¿Qué recuerdos tiene de A Coruña cuando era niña?
Nada, ninguno, porque me fui muy pequeña. Volví luego a los 19, ya casada.
¿Y qué recuerda de entonces?
Era una ciudad totalmente distinta. La plaza de Lugo era la plaza de Lugo, con las verjas y con toda la historia. La ciudad dio muchos cambios, unos para mejorar y otros para no mejorar. De aquella época recuerdo mucho el Casino, cuando mis hijos eran pequeños, se criaron en el parque...
¿En el Leirón?
Sí, en el Leirón. Bajaba con ellos por la mañana, la chica bajaba con ellos a mediodía y ya comían allí. El parque lo vivimos mucho y lo echamos mucho de menos.
¿Cuáles son sus barrios?
Mi barrio, cuando vine para aquí, era la calle de Pérez Cepeda. Alquilamos allí un piso y después compramos un solar entre varios amigos en Fernando Macías. Y allí vivimos desde hace más de sesenta años. Y esa es mi zona.
¿Y sabe qué bus tiene que coger para ir a casa?
Sí, hombre: el 3, el 3A y el 7.
Se lo sabe de memoria.
Sí. Y tengo tarjeta del bus también.
¿Y la usa mucho?
Me muevo mucho andando, porque me gusta. Ando el Paseo Marítimo, voy hasta la Torre y doy la vuelta. A veces voy por el otro lado pero como tienes la cuesta... voy peor. Pero ando mucho, ando todo el día.
¿Cómo fue su acercamiento a la Cruz Roja?
No es que me acercase, es que en mi casa se vivió siempre. Emilia Pardo Bazán pertenecía a Cruz Roja; mi padre, que era médico, con un grupo de gente de Vigo, hicieron el hospital de la Cruz Roja allí. Estanislao Durán había donado el solar y entre bonificaciones y ayudas se hizo el hospital para cuando venían los tuberculosos de Cuba. Primero paraban aquí, en el lazareto, hasta que no contagiaban, y después pasaban al hospital de Cruz Roja de Vigo. Así que yo estuve siempre en mi casa vinculada a Cruz Roja.
Una casa en la que la presencia de doña Emilia es muy grande...
Yo no la recuerdo, la verdad. A Blanca, sí, pero muy superficialmente. Como vivíamos en Vigo, aunque veníamos a La Coruña y yo era una niña... Lo que sí estoy luchando es por Meirás, que queremos que sea de Galicia, y por la Casa Museo de Emilia Pardo Bazán.
¿Cómo ve la evolución de la ciudad en los últimos años?
Yo, francamente, creo que en algunas cosas se están equivocando.
Por ejemplo...
Pues mira, el Cantón, que era una figura que donde ibas la gente recordaba, al igual que las galerías, lo han destrozado. No hay necesidad de hacer tanto paseo cuando la gente no pasea por el Cantón, la gente pasea por el jardín. Si bajas por aquí, y yo voy muchos días andando, piensas: “Dios mío, qué desperdicio”. Porque es un desperdicio. Ya era bastante ancho y le dan otro ancho más ¿para qué? ¿Para fastidiar a los taxistas? Están los pobres que no pueden más. El otro día había una persona indignada, con una ambulancia, con dos autobuses parados y los coches que no le daban paso.
“No tengo apenas recuerdos de la ciudad de cuando niña porque me fui muy pequeña para Vigo; volví luego a los 19 años, ya casada"
Cuando viene alguien de fuera, ¿a dónde lo lleva?
Al Paseo Marítimo, al Cantón, por la zona del dique de Abrigo, al monte de Santa Margarita, que también es un sitio muy bonito para que la gente conozca. Y me gusta enseñarle las cosas que vas viendo por el paseo, como la Casa de los Peces o la Casa del Hombre, que vean que tienes aquí una cultura que no hay en otras ciudades. O la casa de Emilia Pardo Bazán, que la gente preguntaba todo el verano si no se abría.
¿De qué le gusta presumir como coruñesa?
Pues mira, presumo de ser coruñesa y de ser gallega. Me gusta mucho La Coruña y la gente, que somos muy abiertos y de ayudar. En Vigo la gente es distinta. Aquí nos abrimos con cualquiera.
¿Es su caso?
Soy muy abierta y hablo con todo el mundo. No me llevo mal con nadie...
El problema será no llegar a tiempo a los sitios por ir saludando gente por la calle...
Todos andamos más o menos igual. Al final, vamos rápido y no podemos pararnos tanto.
¿Y cuál cree que es el principal defecto de A Coruña?
Yo creo que la ciudad cambió mucho, la veo de otra manera. La mejor época que tuvo fue la de Paco Vázquez. Puso la ciudad pionera, no ya en Galicia, sino en España. A los jardines te encantaba venir, porque estaban limpios, veías el césped, veías un guardia... Ahora no ves un guardia en toda la ciudad. Yo vuelvo a las nueve y media para mi casa, que ya es noche cerrada, y voy a cien por hora porque no voy segura.
“No hay necesidad de hacer tanto paseo cuando la gente no pasea por el Cantón, pasea por el jardín. Voy muchos días andando y pienso: ‘Cuánto desperdicio’"
Si pudiera coger la máquina del tiempo, ¿a qué época de A Coruña le gustaría ir?
Ay, no lo sé...
¿A conocer a Emilia?
Me encantaría. Algunos la quieren arrinconar porque no hablaba gallego y Rosalía sí. Ese es el problema. Pero no pueden con ella, porque era demasiado grande. Me gustaría conocer a Emilia, a Blanca y a todos sus parientes. Ella tuvo muy mala suerte con su familia. Su hermano y su hijo se los mataron en la guerra, Carmen se murió... Le quedó Blanca, nada más. Y Blanca llegó a los noventa años pero yo tampoco la conocí mucho. Veníamos pero solo a comer y ya nos íbamos. Mis tíos le decían a mi padre: “Deja esta semana a las niñas en La Coruña”. Pero mi padre era muy rígido y decía que teníamos que irnos para estar al día siguiente en el colegio y en el instituto y así hacíamos.
Llevar el título de condesa de Pardo Bazán, ¿es más un honor o una responsabilidad?
Para mí, es un honor porque es un título que mi padre hereda directamente de ella. La bisabuela de mi padre era la abuela de Emilia. Y es una responsabilidad porque en algunos sitios tienes que tragar muchos sapos. Como me dijeron un día en una reunión, que mi padre le había robado el título a una persona de La Coruña. Y la gente que estaba en ese círculo me preguntaba si no iba a hacer nada. Y yo en público no. Yo, callada como un peto y seguí como si aquello no fuera conmigo. Creo que es un tema de educación. Mi padre siempre decía que la educación se mama en la cuna. Y tenía razón.
Preguntas cascarilleiras |
¿Qué prefiere, los churros de Bonilla o los del Timón?
¿Jardines de Méndez Núñez o monte de San Pedro?
Para tomar algo: ¿Calle de la Barrera o calle de la Estrella?
¿Prefiere beber agua del grifo, de Emalcsa, o embotellada?
¿Cuál es la suya, la playa de Riazor o la playa del Orzán?
¿Suele recorrer la ciudad a pie o más bien motorizada?
¿Helados tradicionales como los de la Colón o sabores modernos?
¿Cuál es el suyo?
¿Es más de una verbena o de un concierto en el Coliseum?
Si tiene que elegir, ¿con qué fiesta se queda, Carnaval o San Juan?
¿Y es de decir más bien chorbo o neno? |