Llegó a Oleiros en 1981, después de realizar el rotatorio y la especialidad en el Hospital de A Coruña y una estancia de un año en Ponteareas. El municipio no era lo que es ahora, uno de los más ricos de España. Entonces, “era una zona rural, sin urbanizaciones salvo una en Santa Cristina”, pero estaba cerca de la ciudad, tenía cierta educación sanitaria y “era una bicoca” en comparación con lo que ofrecía la villa del Tea.
Cecilia Vecillas, que ejerció la pediatría en Perillo durante más de tres decenios, recibirá en unos días la Medalla de Oro y Brillantes del Colegio Oficial de Médicos de la Provincia de A Coruña, la distinción más importante que concede la institución, “por su defensa de la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud, por su altruismo asistencial, por su espíritu solidario y por ser una extraordinaria pediatra”, según recoge el acuerdo, aprobado por unanimidad por el COMC, que preside Luciano Vidán.
“Aquella noche no dormí, estaba nerviosísima”, comenta la homenajeada, que insiste en que no hizo nada extraordinario, que solo intentó “actuar siempre lo mejor posible”, con responsabilidad y cariño hacia miles de niños de Oleiros. Aquellos a los que, ante las escasez del tiempo disponible por la mañana para “atenderlos en condiciones, como yo quería”, decidió empezar a verlos también por la tarde, “en un cuchitril sin lavabo ni ventana”, hasta que se ampliaron instalaciones y servicios, con Matrona, Enfermería...
“La verdad es que era algo maniática, quizá lenta, pero necesitaba tiempo para hacer mi trabajo”, continúa Vecillas. En el centro de salud de Perillo –un consultorio en sus inicios– estuvo más de tres decenios, hasta que se retiró en 2015.
“Lo de la justicia social lo llevo desde siempre conmigo porque he visto las diferencias”, indica la galardonada, que nació “en una familia de labradores” y que, aunque en su municipio no existían esas desigualdades “porque eran todo minifundios”, pudo verlas cerca, y con la idea de acabar con ellas se fue a estudiar a la Universidad de Oviedo. “No es que yo desde pequeña quisiese hacer medicina, pero las inquietudes sociales me acompañan desde siempre”, y si a eso se le suma su atracción por la ciencia, su destino era la medicina, como le orientó un profesor en los años de Bachiller: “No sé qué me vio, pero algo me vio porque me dijo que estudiase Medicina”.
Tercera de ocho hermanos, asegura que sus padres, “aunque eran labradores, no eran analfabetos y siempre nos inculcaron el valor del estudio y la cultura”, y estas enseñanzas la acompañaron en toda su carrera, desde sus comienzos hasta 2015.
En su opinión, “un buen médico debe estar muy bien formado desde el punto de vista teórico y tener conocimientos tecnológicos, pero no basta con ser un gran técnico, se necesita una formación humanista y en bioética”, resume la médica, que destacó por su dedicación y compromiso con los enfermos; por su defensa de la prevención de la enfermedad y de las campañas de vacunación, detallaron desde el COMC.
Unos valores que la convirtieron en una profesional muy querida, como evidenció el multitudinario homenaje que le ofrecieron la ciudadanía y el Ayuntamiento de Oleiros en el año 2016.