Cerca de 150.000 personas reciben el San Juan con una fiesta por toda la ciudad

Cerca de 150.000 personas reciben el San Juan con una fiesta por toda la ciudad
La tradición de los saltos sobre las hogueras se cumplió un año más | Quintana

Si 2022 se convirtió en el San Juan del retorno y el que dejó recaudaciones récord en la hostelería y el ocio nocturno, el de 2023 se ha instalado ya en el álbum histórico de los coruñeses ya trascendió con creces la Noche Meiga para convertirse en una especie de festival de verano al que han acudido 150.000 personas, dispersas entre las playas y los barrios, superando la cifra del año anterior en 25.000 participantes. Decenas primero y centenares de personas después ya estaban acampadas en los arenales. Se comentaba desde el Paseo Marítimo como algo inédito y la mayor demostración de calado social de la fiesta de interés  turístico internacional.


También digno de la estampa festivalera habían sido las tiendas de campaña que, a pesar del toque de atención de la Policía Local en la víspera, perduraban aquí y allí. Gracias a ellas, A Coruña se convirtió en una especie de Woodstock en que tocaron The Chandals y, después de que ardiera la falla con las figuras de Arsenio y de la alcaldesa, Inés Rey le tocó el turno a Celtas Cortos: al pie de la falla, hacía tiempo que habían tomado posiciones pandillas de jóvenes que, aprovechando el final de las clases y el buen tiempo, se inventaron un San Juan de varios días. 


Incidentes 

Que el sol salga en San Juan es una paradoja de la oscuridad pandémica que dejó a la ciudad sin su reclamo más popular, patrimonio artístico aparte. Olvidado el covid, el ir y venir a las playas, entre el acopio de víveres y los que simplemente querían disfrutar de un baño en un mar inusitadamente cálido. Aunque no todos se conformaron con agua: un joven con intoxicación alcohólica se volvió violento y fue necesario que los servicios de emergencia lo inmovilizaran antes de trasladaron al hospital. También se detuvo a otra persona por intento de apuñalamiento, todo antes de la medianoche. 


Mientras, hostelería repartía sardinas y churrasco a granel y grifos de Estrella Galicia prácticamente en cada terraza. En total se descargaron 115.000 kilos en la lonja, a un precio entre 0,30 y 4 euros, con un tope nunca superior a los 7 euros en el mercado. Quizás la abundancia o puede que poco a poco el churrasco porcino le haya mordido terreno al pez sanjuanero.


Donde hubo amor todo el año quedaron las brasas que encendieron los hosteleros al filo de las 19.00 horas para sus clientes habituales, desde Riazor y Orzán a todos y cada uno de los barrios, en los que se había pedido permiso para cientos de hogueras. Se unió a la fiesta Novo Mesoiro, que bajo el la frase  “quédate en el barrio” apostó por prender la mecha de su hostelería, junto a juegos infantiles, que resultaron un éxito. 
La calle de los domingueros, la del mismo patrón que la Noche Meiga, era ya un hervidero a las seis de la tarde. Con el paso de las horas repitió el mismo peregrinar que acostumbra a hacer el deportivismo rumbo a su templo, aunque esta vez con final más feliz de lo habitual. 

Cerca de 150.000 personas reciben el San Juan con una fiesta por toda la ciudad

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