Esta semana, los coruñeses han podido disfrutar de la nueva sala de estar de la ciudad, situada en la rampa de Matadero. Bancos y espacios con una excelente vista de la bahía del Orzán, y bajo un resplandeciente cielo azul, una vez la borrasca ha dejado paso al anticiclón. La reurbanización de esta zona de la ciudad se inició en junio por 548.000 euros. Consistió en la renovación de 1.700 metros cuadrados, aunque solo 330 forman parte de la avenida de Francisco Vázquez, como se denomina ese tramo del Paseo Marítimo. Se trata de una actuación más de las varias que ha realizado el Gobierno de Inés Rey en los últimos cinco años y que incluye la renovación del tramo de San Amaro (la más importante), junto con la instalación del carril runner de Riazor y Orzán y obras menores como la instalación de un solarium en Las Esclavas y la renovación del Millennium.
Es decir, cinco actuaciones en cinco años. El Paseo Marítimo es una de las infraestructuras de las que están más orgullosos los coruñeses, y durante muchos años fue el más largo de Europa gracias a sus quince kilómetros, hasta que se impuso el de Puerto del Carmen, en Lanzarote, que mide nada menos que 26 kilómetros tras sus últimas ampliaciones, aunque el título ya se lo arrebató al herculino en 2016. En A Coruña, el Paseo no tiene visos de crecer, pero sí de mejorar y por eso el Ayuntamiento ha ido dando pasos pequeños, puntuales, aprovechando en muchos casos los fondos europeos que se lanzaron tras el estallido del covid.
Fue en 2020, en plena pandemia, cuando el Gobierno local decidió ejecutar la primera mejora, instalando un carril para corredores que cubriera los raíles del tranvía, en desuso desde hacía años. El tramo de 1,5 kilómetros sobre el que se actuó iba de Las Esclavas hasta la fuente de Los Surfistas. A pesar de que los peatones se quejaban de que el carril bici estuviera más cerca que el de corredores, con el consiguiente peligro, en noviembre de ese mismo año, se extendió hasta el Aquarium, sumando en total tres kilómetros de recorrido.
Hubo que esperar hasta noviembre de 2022 para que tuviera lugar la siguiente reforma del Paseo Marítimo. Curiosamente, otros 1,5 kilómetros, pero esta vez desde el dique de abrigo al cementerio de San Amaro. Fue una obra mucho más profunda y costosa, así que no se ejecutó con partidas presupuestarias destinadas al mantenimiento de las calles, sino con fondos Feder: 3,1 millones de euros que sirvieron para ocultar otro tramo de raíles de tranvías, además de ganar un carril bici y espacios verdes y recreativos. Se terminó en junio del año pasado. En febrero de este año se terminó de soterrar otro tramo de las vías, entre As Lagoas y Riazor, aprovechando las obras de la rampa de Matadero. Fueron 350.000 euros de inversión que permitieron instalar 76 plazas de aparcamiento y eliminar algo menos de un kilómetro de los viejos raíles que tan peligrosos son para el tráfico rodado.
Pero, además, también ha beneficiado al litoral de la ciudad otras obras importantes, como la renovación integral del Millennium, un monumento que lleva averiado once años. En junio de 2022 comenzaron las obras por 890.000 euros y estuvo acabado en diciembre, justo a tiempo para celebrar la Navidad en una fiesta que atrajo a cientos de coruñeses el 30 de diciembre, en una anticipación de Fin de Año.
Ese mismo 2022, además de Millennium, hubo solarium. O más concretamente, la Solaina de San Roque, un proyecto de la Concejalía de Medio Ambiente que instaló diez tumbonas de cemento en la plataforma que se encuentra junto a la playa de San Roque. Fue una actuación pequeña pero, por la misma razón, no sufrió retrasos, mientras que la que acaba de concluir en Matadero acumuló varios meses. Pero ambas tienen algo en común y es que animan a los transeúntes a a hacer un alto y detenerse durante un buen rato junto al mar, lo que no es mala idea cuando el recorrido es de quince kilómetros