Es difícil comprender la trascendencia de que el Ayuntamiento haya decidido no emplear el granito autóctono en la reforma de los Cantones si no se es arquitecto, o cantero. La piedra llorona, como se la conoce porque rezuma humedad cuando llueve por su alto contenido en mica, forma parte de la identidad de la ciudad, forma los muros de algunos de los monumentos más importantes de A Coruña, y el suelo de sus vías más concurridas. Por eso la asociación Heritage Stones, entidad que forma parte de Unión Internacional de Ciencias Geológicas, pide que se emplee en la ampliación de los Cantones.
“No es cierto que la piedra de las canteras coruñesas esté agotada”, señala el geólogo David Martí, investigador de la Universidad de Coimbra y miembro de Heritage Stones. Cualquiera que camine por el Paseo Marítimo a al altura del Millennium puede contemplar las rocas del acantilado de Penaboa y descubrir que la piedra ha sido trabajada por algo más que por las olas: las marcas realizadas por los canteros durante generaciones son bien visibles.
“Lo que ocurre es que las canteras actuales no son rentables”; explica el experto. Antiguamente se realizaba el trabajo a mano, arrastrando los bloques de granito con bueyes, pero hoy en día, por supuesto, se realiza todo a máquina. “Se cortan bloques muy grandes que luego se dividen”, añade. En cambio, la piedra coruñesa presenta unas fracturas naturales, las diaclasas, que la hace especialmente adecuada para la construcción, pero que obliga a retirar bloques más pequeños.
Es decir, que si el Ayuntamiento decidiera usar estas piedras, el coste de la reforma de los Cantones, que comenzará a partir de febrero, se dispararía. Pese a todo, desde Heritage Stones promueven el uso de las canteras históricas en las restauraciones. “Antiguamente, cada ciudad usabas su propia piedra, todas las canteras históricas son locales. Actualmente el concepto de cantera es muy distinto, pero eso no quiere decir que las antiguas estén agotadas.”
Como otros expertos, Martí alaba la calidad de la piedra coruñesa, un leucogranito (por la gran cantidad de mica que tiene) de grano fino, resistente, y que permitía su uso incluso en sarcófagos medievales. “Incluso lo nominé al Global Heritage Stones”, recuerda. No hubo suerte, pero sí lo consiguió en el caso del granito de Alpedrete (Madrid) y de la caliza de Ança (Portugal), piedras que sí figuran en el libro Heritage Stones.
La reforma de los Cantones, que comenzará en el primer trimestre del próximo año, empleará granito del exterior, de diferente color que el blanco natural de la ciudad
La lista de obras realizadas con la piedra llorona es muy larga. Incluso los escudos nobiliarios de algunas casas están hechas de este material, a pesar de que su dureza la hace difícil de trabajar. Pero gracias a ello, iglesias románicas como la iglesia de Santiago o la Colegiata de Santa María del Campo han conseguido desafiar mejor el paso del tiempo.
A la orilla del mar
Aun hoy en día, es posible descubrir marcas de cantera en las rocas a orilla del mar. Su situación las hacía idóneas para embarcarlas. Hace tiempo, sin embargo, que esas piedras no van a ninguna parte. La cantera principal, al pie del monte de San Pedro, se empleó para construir en ella el elevador que actualmente se encuentra fuera de servicio, a la espera de una reforma.
La última vez que se empleó de forma masiva fue en la última reforma de los Cantones, hace 25 años. El Gobierno local es consciente de la importancia que tiene la elección de la piedra para que la obra salga bien, por eso el concejal de Urbanismo, Francisco Díaz Gallego, aseguró este mismo mes que buscarán una piedra que sea lo más parecida posible al granito blanco coruñés, alejado del gris tan común en otras ciudades.
En realidad, todas las canteras históricas se han cerrado y la producción industrial se concentra en otras provincias, las de Lugo y Ourense, donde es posible explotarlas con maquinaria pesada. Martí insiste en que lo adecuado sería emplear piedra coruñesa, pero es muy poco probable que el Ayuntamiento cambie sus planes, sobre todo si esto implica disparar los costes. Lo más probable es que empleen una piedra semejante a la que se está usando en las obras de humanización de la calle de San Andrés, que avanzan a buen ritmo.
Esto es importante porque el Ayuntamiento no piensa comenzar la reforma de los Cantones hasta que haya finalizado la de San Andrés. Cortar ambas calles, amenazaría con colapsar el centro de la ciudad, ya muy congestionado.
Así que, cuando dentro de dos años finalicen las obras de los Cantones (que se realizarán por fases, pera tratar de minimizar las molestias) los coruñeses se encontrarán con que la sala de estar de la ciudad evoca el aspecto que tenía hace cerca de un siglo, pero la piedra que pisan les resultará ajena. Esto puede provocar un curioso efecto cuando las losas viejas se junten con las nuevas, que no habrá manera de impedir.
Las obras también implican la plantación de árboles en la rua Nueva y una grada donde el público se pueda sentar para contemplar los jardines. En realidad, lo que pretende la obra, que costará más de ocho millones de euros, es acercar la acera a la zona verde de la ciudad, e incluso al puerto.
También se eliminará el parterre que se encuentra a los pies del Obelisco. A algunos les gusta, pero el concejal de Urbanismo considera que aísla el monumento, así que sus días están contados. Los elementos vegetales tienden a durar mucho menos que los pétreos, y por lo menos parte del granito blanco coruñés seguirá allí, aunque compartiendo espacio con la piedra extraña. Cualquiera que quiera verla en su estado natural puede acercarse a la zona del Millennium y contemplarla. El agua que la recubre está salada. Como las lágrimas.
Colegia de Santa María del Campo
Templo de origen románico tardío del siglo XII, con influencias góticas. Es Bien de Interés Cultural
Iglesia de Santiago
El templo más antiguo de la ciudad, construido en el siglo XII aunque con añadidos de los siglos XIV y XV
Iglesia de Las Capuchinas
Iglesia Barroca de principios del XVIII, de Fernando de Casas y Novoa con una fachada con portada.
Fuente de Neptuno
Diseñada por Juan Pascual de Mena, en Madrid, en 1782, y obra de Fernando Domínguez Romay, realizada en 1791
Escalinata del Ayuntamiento
Situada a la izquierda del palacio municipal de María Pita, esta estructura cuenta con 33 escalones
Base de la Torre de Hércules
La actual base del faro romano se construyó en 1861 con piedra blanca proveniente de la canteras coruñesa
Fuente de la Fama
Construida en 1793, se encuentra en la antigua plaza de General Mola, hoy plaza de San Andrés
Pavimento de Los Cantones y calle Real
Las baldosas del Cantón Pequeño y Cantón Grande fueron las últimas obras hecha con granito coruñés
Convento de Santa Bárbara
Convento de clausura situado en la plaza homónima de la Ciudad Vieja, la mayor parte de él es del siglo XVIII
Grupo de Viviendas María Pita
Construidas muy cerca de las canteras, parte del material de construcción proviene de estas
Iglesia de San Jorge
Templo barroco diseñado por Clemente Fernández Sarela y Bien de Interés Cultural desde 1975
Estatua de Eusebio da Guarda
Las columnas de la estatua de Eusebio da Guarda en la plaza de Pontevedra