Sin un lugar habitual para reunirse, después del cierre del ambigú al que estaban acostumbrados, los vecinos de O Birloque se unieron alrededor de una mesa para degustar un cocido y pasárselo a lo grande en un baile posterior. Un total de 46 miembros de la Asociación Vecinal San Cristovo das Viñas pasaron toda una jornada juntos e intercambiaron anécdotas y recuerdos con motivo del fin del carnaval.

No faltó absolutamente de nada, en el sentido estricto de la expresión. Hubo 3 lacones, 5 kilos de costilla, otros tantos de oreja, 3 de panceta salada, 3 de carne de ternera, 40 chorizos, un saco de patatas, 18 manojos de grelos, 2 kilos de garbanzos, orejas, filloas y rosquillas. Además, a media tarde se sirvió una merienda a base de bizcocho y fresas con nata, para que también hicieron espacio los vecinos. 

La asociación vecinal de O Birloque decidió que la mejor manera de hacer la digestión era moviendo el cuerpo y la comida se convirtió en un cocido-baile, con absolutamente todos los asistentes lanzándose a danzar. Puso el ritmo el dúo Trece, que atendió todas las peticiones de los presentes.

Después del éxito del cocido los dirigentes vecinales ya pusieron la cabeza a funcionar y sugieren la idea de realizar un acto semejante dentro de un mes, a finales de marzo. Sin embargo el protagonista de la ocasión sería el pulpo. Entrada la noche la mayor parte de los vecinos se fue a descansar.