Los colegios e institutos de la ciudad volvieron a abrir sus puertas con los habituales nervios entre los más pequeños y con ganas de comenzar un nuevo curso prácticamente a la antigua usanza, dejando atrás las restricciones de la pandemia. El curso se inició sin grandes contratiempos en la mayoría de los centros.
 

En el colegio Torre de Hércules, el equipo directivo explicó que el alumnado de las distintas etapas escolares pudo reunirse en el patio cubierto en el recreo, algo poco habitual en años anteriores, ya que debido a la pandemia hacían el descanso a distintas horas. Los más de doscientos menores que reciben formación en este centro comenzaron con unas sesiones a modo de presentación las dos primeras horas, para después comenzar las clases.
 

En el colegio Cornide Saavedra, que cuenta con escolares desde los tres hasta los doce años, se muestran contentos por la vuelta a la normalidad. Del mismo modo, en Compañía de María celebran que los alumnos puedan verse las caras de nuevo.
 

Por otro lado, desde el colegio Concepción Arenal vivieron con normalidad el comienzo del curso en lo educativo. No obstante, su directora, Shyra Flecha, señala que las empresas de mantenimiento contratadas por el Ayuntamiento no están acudiendo al centro, por lo que, dice, los patios están sin limpiar, así como otras partes de las instalaciones. Este centro cuenta con unos 465 alumnos matriculados.

Nervios y ganas de volver

Las ganas por empezar el colegio se notaban en los más pequeños. La pequeña Zoe disfrutó pintando y jugando. Su madre, Nuria, que la esperaba a la salida del colegio Eusebio da Guarda, explicó que estaba un poco nerviosa, pero con ganas de volver.
 

David se encontraba esperando a sus dos hijos, Juan y Elisa, de diez y siete años. Comentó que las familias están un tanto preocupadas por el retraso en las obras, pero que el inicio se produjo con normalidad.
 

Cristina, la madre de Álvaro, señaló que su hijo, que disfrutaba con sus amigos a la salida del colegio, acudía por segundo año con ganas de pasarlo bien. Por su parte, Ramón, que estudia cuarto de primaria, se reunió con su padre a la salida, contento por haber visto a sus compañeros de nuevo. Por el momento, su asignatura favorita es Lengua.
 

El pequeño Iván salió jugando todavía con un trozo de plastilina entre sus manos para ser recibido por su madre, Brigitte. Otras de las madres que esperaban a sus hijos a la salida del Eusebio da Guarda fueron Antía, que tiene un pequeño de cinco años, e Ivana, que tiene dos hijas. La más pequeña empezaba su primer curso de infantil y lloró un poco al entrar al centro, pero se lo pasó bien y a la salida estaba tranquila.
 

El nuevo curso comenzó también hoy en los institutos. Pablo González, el director del Rafael Puga Ramón, destaca que los estudiantes que suelen estar más nerviosos son los de primer curso.
 

Desde el IES Salvador de Madariaga indican que cuentan con 560 estudiantes matriculados. Su vicedirector, Francisco Canoura, explica que este año ya no se imparten en el centro los cursos de secundaria y bachillerato del horario nocturno. Por su parte, la directora del Instituto Eusebio da Guarda, Isabel Ruso, señala que empezar el curso casi como antes, tras los duros años de la pandemia, es una satisfacción. Apunta que los alumnos comenzaron con ganas y con mucho interés.