“Es un trastorno para todo el mundo”. Hosteleros y comerciantes, dos motores económicos de la ciudad, coinciden al señalar la huelga de basura como un problema que puede llegar a afectar y, de hecho, ya afecta, a su actividad. “Lo que más nos preocupa es la imagen que se da de la ciudad, porque empieza la temporada de turismo. Eso más allá de la insalubridad”, explica el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de A Coruña, Héctor Cañete, quien advierte de que, “como suba la temperatura, los restaurantes y terrazas no van a poder funcionar”.
A nivel turístico, el portavoz de los hosteleros teme que los visitantes “lleguen y se encuentren con un olor horrible. Ellos no van a reparar en si hay huelga o no. Contarás que te has encontrado eso”. El presidente de la Federación Unión Comercial Coruñesa (FUCC) indica, por su parte, que “el comercio se instala en zonas cómodas, pero si hay basura en la calle, la gente se apura a pasar. Al final ni rebajas ni se aprovecha el tirón del turismo. La bajada de ventas no es excesiva de momento, pero afecta al ánimo de la gente”. No es “agradable”, añade, “ir a comprar o tomar un café al lado de donde hay un contenedor de basura lleno”. Boado insta a actuar para “recuperar la imagen de ciudad limpia que teníamos hace años”.
Mientras tanto, el sindicato STL mayoritario en la concesionaria de la recogida de basuras, PreZero, emitió ayer un comunicado en el que recordaban que habían exigido a un mediador de Inspección de Trabajo para regresar ala mesa de negociaciones, así como a un delegado municipal y que se tomara un registro de las sesiones, condiciones.
“Recordamos que si la ciudad sigue llena de basura es porque no se están cumpliendo los términos del contrato”, señalaron desde el sindicato, donde se muestran molestos con la alcaldesa, Inés Rey, que había calificado la huelga de “chantaje”. “Antes de dar declaraciones tan absurdas, debería de reunirse con los representantes sociales, así como con los trabajadores”, critica el sindicato. También el portavoz municipal del PP, Miguel Lorenzo, se ha mostrado muy crítico. Recordó que los barrios están llenos de basura por el suelo, con los contenedores sin recoger. Lo considera ya un problema de salud pública por la presencia de roedores e insectos. Además, la protesta se puede recrudecer en agosto y en estos meses el calor puede agravar la situación.