Unos dicen que cumple 100 años y otros que aún le falta un lustro. Da igual. Para ser justos, El Huevito lleva ahí toda la vida. O al menos toda una vida para los cientos de personas que acudieron a la calle San Juan para recuperar un clásico. A aferrarse a ese tipo de locales de toda la vida que sobreviven a cuentagotas, pero que siguen despertando sentimientos, sensaciones y anécdotas a las que difícilmente llegarán los clones instagrameables que muchos aborrecen las redes sociales. Se ha reinventado, sí. Pero cada esquina sigue siendo la de siempre. 

Apenas ha permanecido dos años con la verja bajada. Suficiente para que muchos tuviesen en San Valentín el encuentro más deseado. Es el caso de Charly Díaz, un histórico de la seguridad nocturna que apenas unos minutos después de encender las luces ya estaba pidiendo el bocadillo que le llevaba de vuelta a su infancia. Y a su adolescencia. Y también a su madurez. “El jamón de siempre, el mejor”, sentencia. Eso era la entrada del mostrador refrigerado, a la sombra de los jamones que siguen colgando. 

Dirección 

Empresarios conocidos, representantes de asociaciones vecinales y hasta influencers se dejaron caer por el número 7 de la calle San Juan, donde el vino, las cañas y las tablas de embutidos desfilaron a velocidad de vértigo. Hubo brindis colectivo para El Ideal Gallego, que fue quien anticipó la buena nueva del retorno de El Huevito. Para la gerencia, no obstante, es un clásico que nunca debió haber desaparecido de la oferta de la ciudad. “El convencimiento es de que será un elemento de apoyo total a la calle San Juan. La situación es de profunda transformación, y que reabran locales de esta solera remasterizados es un punto importante”, afirma.

Ejerce de relaciones públicas el empresario de éxito en la zona Jose Méndez, que ahora dirige dos locales anexos: El Compinche y El Huevito. No obstante, los focos se van al centenario establecimiento. “Hemos querido que sea recoocible, porque lo que funciona no se debe tocar”, explican sus socios. “Es fundamental recuperar locales de hostelería de calidad y que dan valor a una ciudad. Las ciudades están vivas gracias a la gente que está en la calle consumiendo”, insiste.

Por último, el grupo que ha asumido la vuelta del local subraya que va dedicado a quienes lo llevan en el corazón. “Clientes que generación tras generación han sido habituales y que ahora traen a sus hijos. A ellos y a las nuevas generaciones nos dirigimos”, finaliza mientras lo abordan decenas de comensales agradecidos.

Mientras, una pandilla de señoras que parecen haber disfrutado de muchas raciones de jamón a lo largo de sus vidas dan una indicación desde el principio de la calle: “Ha vuelto El Huevito. Apurad”.