Contra las malas prácticas, civismo. Las puertas, verjas o paredes de los comercios de la ciudad amanecen diariamente sucias por orines de mascotas y, para tratar de concienciar a sus dueños, la asociación de comerciantes Guerrilla dos Mallos ha decidido pasar a la acción. Desde esta tarde reparten 300 botellas –hasta fin de existencias– a todos los consumidores de los establecimientos asociados que lo deseen, con el fin de llenarlas de desinfectante y limpiar los restos que dejan sus perros.

Algo “habitual”

“A tódolos comerciantes nos pasa de xeito habitual chegar ó noso lugar de traballo e atopar esa suciedade que ninguén querería no seu portal ou na súa casa. Dáse como algo normal e non debería ser así. O ideal é usar as árbores ou parques, pero se non é posible, non está de máis tratar de que polo menos ese lugar non se converta nun punto de peregrinación para outros cans limpando o que se mancha. Pedimos algo lóxico”, aseguran los miembros de la entidad, que dejan claro que no tienen ningún problema con las mascotas, sino con los comportamientos incívicos. 

Por ello, bajo el lema ‘A culpa non é do can’, señalan que quien tiene que minimizar el impacto de estos malos hábitos en las calles es quien pasea con el perro. Todos los negocios adheridos a esta iniciativa contarán con un cartel en su escaparate para que los interesados puedan identificarlos.

La concejalía de Medio Ambiente anunció hace unos meses que a partir de noviembre los dueños de perros tendrían que limpiar sus orines, pero esta ordenanza podría retrasarse hasta comienzos del próximo año. De esta forma, Guerrilla dos Mallos se adelanta y pretende promover una convivencia cordial entre los vecinos, así como demostrar, una vez más, que el comercio local vive la realidad cotidiana de sus barrios y trata de mejorar día a día desde su posición de motor de los barrios.