En lo que va de año, las inclemencias meteorológicas apenas han afectado a la ciudad, que se han librado de los daños que en años anteriores han dejado los temporales. A las doce de ayer concluía la alerta naranja de costa y empezaba la amarilla, sin que tuviera que cerrarse el Paseo Marítimo. En el momento de la pleamar a las once, el agua llegó a tocar a Riazor, pero la duna protectora aguantó casi entera, y por el momento la Concejalía de Medio Ambiente no se plantea rehacerla.
Los bomberos estuvieron que acudir a media mañana a la calle Revolución Francesa, en Vioño, donde el viento había arrancado algunos tablones en mal estado en un edificio a medio construir. El día anterior, a las once menos diez, se había acudido a la calle de Rafael Dieste para retirar un toldo que había arrancado el vendaval.
El fuerte viento del oeste llegó a soplar a más de 67 kilómetros por hora, según recogieron los anemómetros de .Meteogalicia en Punta Langosteira.