El último congreso de Lo Que De Verdad Importa antes de la pandemia se celebró en A Coruña, el primero de 2021, con público reducido, también se celebró en la ciudad herculina. Ayer, ya con una buena asistencia, sin olvidarse del streaming, el evento festejaba su edición número trece con la intención de ver el mundo “con otros ojos” y dedicando un recuerdo a los que más están sufriendo por la guerra, para los cuales se realizó una recaudación de productos.
El congreso quedó inaugurado por la presidenta de la Fundación María José Jove, Felipa Jove; la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey; y la conselleira de Política Social, Fabiola García; que con sus discursos dieron paso a los tres ponentes de esta edición: la fotógrafa brasileña Angélica Dass, el emprendedor solidario Guillermo Martínez y el exfutbolista Julio Alberto.
La charla de Dass versó acerca de los estereotipos, centrándose en algunos de sus proyectos, como “Humanae”, con el que pretende hacer ver que el color de la piel no supone ninguna diferencia real, más allá de las impuestas por discursos anticuados.
“El color de la piel ha sido mal usado para clasificar razas”, afirmaba, y añadía que, “los seres humanos somos más de un 99% iguales genéticamente”. “Todos estamos aquí por aquellos primeros “Homo Sapiens” que viajaron por primera vez”, relataba, “todos venimos del mismo material, aunque el producto final sea único y diferente”, afirmaba.
Julio Alberto relató su historia, de como tuvo que pasar varios años en un orfanato y como luchó para encontrar a su madre, a sus dos hermanos y como con “14 o 15 años” empezaron “a vivir en pensión, con una cama, pero por primera ver vivía en familia, aunque no tuviéramos para comer”
Luis Aragonés le dio una oportunidad en el fútbol, donde aprendió lo importante del equipo. Tras su retiro, en los 90, acabó entrando en el mundo de las drogas, “fue tan rápida mi dependencia...” le contaba al público, al que le relató las sobredosis que vivió, los intentos de suicidio y como decidió irse a las Maldivas para dejar atrás las adicciones. Fueron Tomeu Catalá, de Proyecto Hombre, y el Barcelona, quienes le ayudaron a dejarla atrás, y darle el impulso para que ahora, como hizo ayer, transmita sus vivencias a los jóvenes, para que no tropiecen en esos mismos pasos: “Saber decir que no es dificil, pero se puede”, concluía.
El último turno fue para Martínez, que relató como su pasión por los juguetes le llevó a querer ayudar a los más vulnerables creando prótesis con impresoras 3D de brazos. Actualmente, el equipo de Ayudame3D imprime 350 brazos al año para 55 países. “Ayudar es demasiado fácil como para no hacerlo”, inspiraba al público, al que animó a comenzar a ayudar de manera local, centrándose “en lo que te gusta hacer”.