Un 29,4% de los ayuntamientos gallegos presentan sus cuentas en plazo, una cifra que se sitúa no obstante por encima de la media estatal, que es del 23,47 por ciento, según datos del Observatorio Municipal Gallego, dentro de la Cátedra el Buen Gobierno Local de la Universidad de Vigo, que elabora Alberto Vaquero, codirector de Red Localis.
Según se desprende del informe del Observatorio, de los 313 ayuntamientos gallegos, sólo 92 presentan los presupuestos en plazo mientras que el 69,65% restante lo hace fuera del mismo. Para elaborar este estudio, los investigadores han tenido en cuenta la información recogida en el Portal del Tribunal de Cuentas que analiza el grado de agilidad de los ayuntamientos gallegos en aprobar sus cuentas.
De los 218 ayuntamientos gallegos que presentan demora, 109 presentan un "ligero retraso, 50 un retraso medio y 59 un retraso excepcional", lo que traducido en porcentajes, significa que el 34,8 % de los ayuntamientos gallegos presenta una demora de hasta 90 días y el 18,85 % más de 180 días.
Con todo, Red Localis destaca que el grado de cumplimiento es "mejor que la media de los ayuntamientos de régimen común" aunque "debe mejorar en el indicador de retraso en presentar sus presupuestos, especialmente cuando se refiere a un retraso excepcional".
Los ayuntamientos de la provincia de Ourense y Pontevedra (35,87% y 36,07%) son los más cumplidores; y los de A Coruña (16,13 %) los que menos. Y es que ocho de cada 10 ayuntamientos de esta última provincia aprueban sus presupuestos municipales fuera de plazo.
En cuanto a las siete grandes ciudades de Galicia, el Ayuntamiento de Vigo es el más cumplidor de los plazos de aprobación, mientras que los de A Coruña y Santiago presentan una mayor demora.
Desde el observatorio, explican que el grado de cumplimiento está condicionado a una serie de factores, entre ellos, "el complejo arco representativo" surgido de las elecciones municipales, la "falta de personal técnico" y los problemas de gestión que tienen muchos municipios gallegos lo que hace, aclaran, que no sea raro encontrarse con presupuestos prorrogados en el marco gallego.
"La prórroga presupuestaria si bien es un balón de oxígeno para que el ayuntamiento pueda seguir operando, posibilita un marco de actuación muy limitado", advierte la universidad, quien puso como ejemplo lo sucedido en el ayuntamiento de Ourense, que tuvo que trabajar con presupuestos prorrogados durante cinco años.