La casa más estrecha de A Coruña no está precisamente en la calle del mismo nombre, sino en otra un poco más arriba. La calle Tinajas, en plena Ciudad Vieja, es la que alberga la vivienda que menos mide a lo ancho, aunque algunos pudieran pensar inicialmente que tendría que estar en la Estrecha de San Andrés.
La vivienda en cuestión está en el número 6 y es conocida como la Casa del Remo. Esta definición se refería a una tipología de edificios de los que apenas quedan ya referencias y que eran típicos en el siglo XIX y principios del XX. La principal característica de estas casas de pescadores era su estrechez, motivada por la unidad de medida que se utilizaba y que es la que les daba nombre: el remo de una trainera.
Según el análisis elaborado por José Antonio Sebastián Maestre, este tipo de casas abundaban en los barrios de pescadores de A Coruña, pero también en los de Vigo y Pontevedra. Solían ser casas rectangulares, de planta baja, agrupadas en barrios y pegadas unas a otras. Se distinguían de otra tipología de vivienda gallega, la del campo, por la falta de espacio en la planta baja para el ganado, lo que hacía también las funciones de “calefacción”.
Las casas del remo mostraban un pequeño habitáculo unifamiliar, en donde se desarrollaba la vida diaria de la familia que allí residía, pero también las faenas del trabajo. Servían como lugar de residencia, para guardar los aparejos de pesca y, en muchas ocasiones también, para la venta del pescado.
La puerta, de madera, solía estar dividida en dos para ayudar a la ventilación, cerrando la parte de abajo si era necesario, sobre todo en los días de lluvia, para cuando había que comercializar las capturas de los pescadores.
En muchas de estas viviendas existía también, tal y como explica Jorge García Barros, un gancho en la parte superior, a la altura del primer piso o en el ángulo del tejado, para colgar las redes una vez repasadas.
En este caso en concreto del número 6 de la calle Tinajas, apenas son dos metros lo que mide la fachada, lo que hace que el desarrollo de la vivienda tenga que ser hacia el fondo y, por supuesto, hacia lo alto.
El escritor Eugenio Carré Aldao, en su ‘Geografía General del Reino de Galicia’, escrita hace cien años, ya alertaba del riesgo de que este tipo de viviendas pasaran a ser un mero recuerdo: “Solo queda alguna que otra, llamada a desaparecer”.
Por fortuna, alguna que otra quedó. Es el caso de este inmueble que está pendiente de ser restaurado para darle un aire nuevo manteniendo la esencia de antigua casa marinera.
AEstudio se encargó de realizar un proyecto para reformar el edificio. La dificultad que supone contar con un edificio tan estrecho hace que la reforma se centre en conseguir conceptos abiertos, en un lugar en el que predominarán los espacios diáfanos, articulados por la escalera, que se iluminará desde un lucernario en la cubierta.
Aquella humilde residencia de pescadores, la Casa del Remo, si todo sale bien, seguirá en su sitio de la calle Tinajas, con aires renovados pero las mismas 'estrecheces' de antaño.