Muchas de las concesiones municipales más importantes se siguen prestando en precario. Esto quiere decir que la concesión caducó y el Gobierno local no ha conseguido renovarla a tiempo. El caso más importante es el de la planta de reciclaje de Nostián, que lleva caducada desde enero de 2020. Pronto se le sumará la del transporte público: caduca este año y el Gobierno local no podrá conceder la nueva hasta bien entrado 2026. De momento, se realizará un estudio, que tardará ocho meses en estar listo.
El teniente de alcalde de A Coruña José Manuel Lage Tuñas compartió estas estimaciones durante su comparecencia de ayer, donde explicó los asuntos despachados en la Junta de Gobierno local, así como la aprobación del pliego de prescripción técnica para la elaboración del Estudio del Transporte Urbano, que definirá el futuro del servicio.
Este pliego, que debe licitarse antes de fin de año y que contará con un presupuesto de 500.000 euros, servirá para detallar cuáles son las condiciones que deben incorporarse en otro pliego: el del próximo contrato de la concesión del transporte público. Ahora bien, el actual contrato, que lleva la Compañía de Tranvías, finalizará con el año. De manera que A Coruña entrará en 2025 sin una concesión de transporte público en regla. Teniendo en cuenta los plazos de la administración, Lage Tuñas señala que probablemente a finales de diciembre del próximo año podría estar listo un borrador, aunque advirtió de que podrían surgir imponderables.
Lage recordó que durante la presentación del balance de gestión del primer año de su segundo mandato, la alcaldesa, Inés Rey, prometió licitar estos pliegos. “Cumprimos o noso compromiso”. Una vez licitado, el plazo de ejecución es de ocho meses, de ahí que el teniente de alcalde y concejal de Planificación Estratégica considere que el pliego de la concesión no estará listo hasta bien entrado 2026. Probablemente más, dado que hay que esperar alegaciones por parte de las empresas y otros contratiempos.
Mientras tanto, la Compañía de Tranvías seguirá prestando el servicio, pero esto obliga a posponer las inversiones que la empresa está dispuesta a hacer en lo que se refiere a renovar la flota, por ejemplo. Es previsible que en estos dos años (como mínimo) los autobuses coruñeses se vuelvan cada vez más viejos y obsoletos. Y que se interrumpa la compra de vehículos eléctricos, después de que Tranvías haya adquirido uno.
Son siete las fases del estudio, que comenzará por recabar opiniones de procesos de participación ciudadana y terminará por la redacción del proyecto técnico. A lo largo del proceso, se tomarán en cuenta los nuevos parámetros urbanos y tráficos actuales se unirán a las proyecciones de la ciudad para tratar de crear un cuadro lo más definido posible. “Non tería sentido facer unha definición do novo mapa do transporte sen ter en conta o deseño do plan extratéxico 2030-2050”, apuntó Lage.
La ciudad va a cambiar mucho en los próximos años: los nuevos Cantones, la ampliación del Chuac, el desarrollo de San Pedro de Visma, el de Xuxán, o la Ciudad de las TIC (en el terreno de la antigua Fábrica de Armas) son todos elementos que van a tenerse en cuenta a la hora de llevar a cabo el análisis. También se incluirá un examen exhaustivo del actual sistema de transporte público, que incluye 527 paradas y 24 líneas por toda la ciudad.
Para conocer la opinión de los usuarios, de los que en 2023 hubo un récord (24,8 millones de viajes, un 24% más que el año anterior), se van a realizar encuestas, tanto telemáticas como a domicilio, a un mínimo de 4.000 personas. Y se aprovechará para elaborar un nuevo Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS). Este es un documento importante y el último se redactó hace diez años. Pero el Gobierno de Inés Rey ha decido no licitarlo por separado para “aforrar tempo”.
El estudio permitirá decidir de una vez por todas si A Coruña necesitará un nuevo mapa de bus. Es una cuestión que lleva sobre la mesa muchos años pero que nunca se había acometido. En parte, porque los usuarios son muy hostiles a cualquier cambio en sus rutas o sus paradas. El Gobierno de Inés Rey pudo comprobarlo cuando desplazó una parada de la línea 11 de la avenida de Os Mallos a la de Arteixo y provocó una protesta vecinal. Fue en septiembre de 2021, y consiguieron que el Gobierno local reculara, alegando que solo había sido una prueba, a pesar de que el recorrido se acortaba así en cinco minutos.
Lage explicó que se barajan tres posibilidades: el mantenimiento del sistema actual al que se le realizarían mejoras puntuales; la remodelación parcial de la red, lo que incluiría nuevos itinerarios; o un mapa enteramente nuevo. Los expertos en movilidad señalan que es necesario reducir el número de paradas para aumentar las frecuencias, pero es posible que no se llegue a ejecutar en este mandato.
Mientras tanto, el servicio seguirá prestándose de forma irregular por una compañía, la de Tranvías, que tiene varios pleitos con el Gobierno local por el dinero que este le adeuda por las rebajas de tarifa. No es la única ciudad gallega, porque lo mismo ocurre con Santiago y Ourense. Porque, a veces, el autobús llega con retraso.
CLAVES DEL NUEVO PLIEGO |
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