Las banderas mexicana y gallega a hombros de Fher Olvera fue la perfecta metáfora del concierto que Maná dio este jueves en A Coruña. Ejemplo de unión y comunión. No solo de dos países, sino también de varias generaciones. Los que en el año 2000, en la primera visita de la banda a la ciudad, fueron a aquel concierto bañados en ardor juvenil, este jueves peinaron canas sin perder ni un ápice de pasión. Los que entonces eran una joven pareja, esta noche acudieron con sus hijos o con entradas regalados por ellos en un obsequio navideño. 

Porque pasan los años y Maná no envejece. El carisma de Fher, el virtuosismo a la batería de Álex -culminado por un solo que hizo vibrar física y metafóricamente el Coliseum-, la templanza rítmica de Juan y la magia de Sergio volvieron a triunfar en un concierto que ni el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ni los conselleiros Diego Calvo y Fabiola García se quisieron perder. 

Una cita en el Coliseum -dentro de O Gozo Festival que también traerá a la ciudad a Rod Stewart- en la que la nostalgia llenó las venas del público ante una banda entregada que extrañaba "un chingo" la ciudad. 
No faltó ni un alegato por la protección del medioambiente, ni su primer gran éxito en España, 'Vivir sin aire', ni un tierno momento protagonizado por una pequeña fan, Valentina, que subida en el escenario "Mi religión", y a la pregunta de a quién quería más, respondió a la gallega: "No sé".

Lo que sí saben los coruñeses son las letras de Maná, canciones que dibujaron sus vidas y que siguen entonando en alto, a grito pelado para no dejar a nadie varado en el muelle de San Blas ni clavado en un bar.