Cierren los ojos. Piensen en un juicio. Añádanle un jurado popular. Seguro que ya tienen en su mente alguno y, casi seguro, que es uno de los denominados mediáticos que cada cierto tiempo ocupan espacio en la prensa y también en las cabezas de cada uno de ustedes, despertando toda una tormenta de dilemas, preguntas, dudas, sensaciones, conjeturas...
Seguro que hasta ya han decidido qué voto emitirían en ese juicio en el que piensan. En él han influido las pruebas que les han presentado; lo que han visto, leído o escuchado; lo que han sentido; lo que han vivido.
Ahora eliminen de la ecuación todo eso. Ustedes ya no juzgan a un humano. En su lugar lo está haciendo una tecnología basada en la Inteligencia Artificial (IA). ¿Ahora qué?
Ese es el planteamiento con el que juega ‘Justicia Artificial’, el film dirigido por el coruñés Simón Casal y estrenado hace apenas unos días. No en vano, esta película tiene su origen en 2017 como fruto de una etapa en la que Casal trabajó en el ámbito digital con trabajos en comunicación online, diseño de webs, analítica web. “O feito de ter elaborar un camiño dixital para aunar os obxectivos dos usuarios cos obxectivos de negocio da páxina web fíxome pensar nos asistentes dos teléfonos, en que puidesen manipular dalgún xeito as nosas conductas para ter uns obxectivos electorais e de aí naceu a idea da película, que se resume en tratar o impacto das novas tecnoloxías nos procesos democráticos”.
Antes de llegar al final del recorrido el cineasta elaboró en 2022 un documental bajo el mismo título y con las mismas premisas. Tocaba ir ahora a por el largometraje.
Una vez fijada la idea quedaba acotar el ámbito y el de la Justicia, para Casal, era “o máis interesante, reúne un montón de dilemas éticos e resulta provocativa a idea da IA na Xustiza en canto aos debates políticos e éticos que podía xerar. Como faría xustiza unha IA e que diferenza habería con como a facemos o humáns? A nosa condición de persoas que empatizan e se emocionan afecta á forma en que facemos xustiza”.
El principal dilema del film es ese, ¿cómo sería ser juzgados por una IA o si aceptaríamos delegar ese poder crítico y fundamental de las democracias en un sistema ajeno a nosotros?, señala Casal. La película comienza, de hecho, con la convocatoria de un referéndum sobre la introducción de la IA en la Administración de Justicia. “A única cuestión é ata onde queremos deixar que entre e como imos deseñar e controlar democráticamente estes sistemas porque é algo que está aquí”.
Por esa razón, ‘Justicia Artificial’ está ambientada en una realidad que es reconocible para los ciudadanos y, sobre todo, con un protagonismo fundamental de Galicia, y, sobre todo de A Coruña, donde se han rodado prácticamente el 98% de las escenas, según explica el director para quien este aspecto resultaba fundamental porque “quería que aparecesen os espazos da miña infancia e xuventude nela nun thriller político coa estética do cine negro clásico”.