Ir a Palencia a convertirse en la mejor patata brava del mundo es algo así como si un castellano hiciese el camino a la inversa para reivindicarse rey de la tortilla de Betanzos. Osado, sí, pero no imposible. Al menos esa es la filosofía con la que el jefe de cocina de Central Park, Diego Hernán, y el responsable del local, Fernándo Estévez, se pondrán la salsa por montera y viajarán el domingo a Palencia para tomar parte en V Concurso Internacional de Patatas Bravas, donde se medirá a otras 14 propuestas, en su mayoría del interior de la Península.
Es precisamente de la gerencia, así como de la aceptación que las bravas de la casa suelen tener entre los clientes, de donde partió la idea. Ya no hay vuelta atrás. Para el Central Park ancha y picante es Castilla y León, por mucho que la tradición imponga. “Creo que los favoritos son los palentinos primero y los castellanos después, sobre todo por la tradición que entre ellos tiene su plato”, reconoce el jefe de cocina. “Sería increíble poder meter a Galicia de lleno como favorita y campeona en el plato típico de otra tierra”, añade.
El establecimiento de la plaza de Vigo confía plenamente en su proceso de elaboración, en el que resulta fundamental la calidad de la patata autóctona y el toque que ésta deja a la hora de preparar la salsa. “El primer paso es cocerlas al vapor y envasadas al vacío con la piel, para que cojan todo el sabor por dentro. Después las pelamos y hacemos una especie de masa con mantequilla y fécula, hasta que las cortamos en cuadraditos para un dorado bien fuerte”, dice Hernán. “Para la salsa, utilizamos un jugo de carne muy reducido y un poco de pimentón ahumado, picante y dulce”, agrega sobre la segunda parte del proceso.
La ronda preliminar ya dejó un buen regusto entre el jurado, que decidió incluir al candidato coruñés entre las quince mejores propuestas de patata brava a nivel mundial. De cara a la finalísima del lunes esta se celebrará en forma de ‘showcooking’, o elaboración en vivo. La condición sine qua non es el nivel de picante: entre un 6 y un 7 sobre 10. “Es lo habitual en Castilla y León”, aseveran los herculinos. “Ellos suelen hacer las patatas bravas con agua de mejillón, pero nosotros hemos buscando un estilo más casero y sencillo, emplear nuestro propio jugo para un sabor diferente”, sentencian.
Los quince finalistas se verán las caras en el hotel Rey Sancho de Palencia, pero los clientes habituales de Central Park podrán seguir la evolución del certamen a través del canal de YouTube del Ayuntamiento de la ciudad castellana, que emitirá un streaming. Además, la página web palenciabrava.es también ofrecerá las imágenes de un concurso que repartirá más de 4.000 euros en premios.
El campeón se llevará 750 euros en efectivo, una formación en Excelencia en Barra del Bar cortesía de Barra de Bar Consulting, 1.500 botellines de agua, 750 euros en productos de Coca Cola, una obra de arte del pintor Antonio Guzmán Capel, un lote de productos de Cerealto y un vídeo profesional para redes sociales valorado en 500 euros.
Para el segundo clasificado habrá 500 euros en efectivo, 1.000 botellines de agua y 500 euros en productos de Coca Cola, además de otra obra de arte del artista antes citado. Exactamente la mitad se llevarán las patatas 'medallas de bronce'.