Si los coruñeses cumplen con algo, es con las tradiciones. Ni siquiera el temporal que amenazó ayer a la ciudad impidió que los cementerios estuviesen a rebosar con las visitas por el Día de Todos los Santos. San Amaro, Oza y Feáns se llenaron de personas que quisieron recordar de forma especial a sus allegados, amigos o familiares que ya no están. Eso sí, con el tiempo más limitado: debido a la alerta por viento, el Ayuntamiento decretó el cierre del acceso principal de San Amaro a las 16.00 horas, aunque permanecieron abiertas las puertas laterales hasta las 19.00.

Pasada la fiebre del Samaín y Halloween, los vecinos pasaron a un estado de ánimo más recogido. Las flores y los paraguas llenaban los camposantos a partes iguales. A pesar de ello, la imagen en San Amaro de familias, parejas o personas en solitario que llevaban flores o arreglos a las tumbas de sus allegados y que se paraban durante un rato ante ellos fue una constante. Las floristerías y las cafeterías de los alrededores de este cementerio, el más grande de la ciudad, tuvieron una jornada muy intensa. El Gobierno local, con motivo de esta gran afluencia a los camposantos, reforzó las líneas de bus a los cementerios municipales durante gran parte de la jornada.

Ofrenda

La alcaldesa, Inés Rey, tampoco faltó a una tradición, la de la ofrenda floral anual. La regidora, acompañada por miembros del Gobierno municipal y de la corporación, realizó la primera parada delante de la Cruz de los Olvidados, donde la coral Follas Novas interpretó dos temas. Destacó el cementerio de San Amaro como “xoia patrimonial e emocional da Coruña” y dedicó unas palabras a las víctimas civiles de la guerra en marcha: “A Coruña non é allea a nada do que pasa no mundo, somos unha cidade plural, solidaria, tolerante e pacífica e quero aproveitar este acto para lembrar ás vítimas civís que estos días sofren Ucraína, Israel e Palestina”.

Rey reivindicó el coruñesismo “libre e inconformista” de Luísa Villalta, persona homenajeada por el Ayuntamiento durante el Día de Todos los Santos. “Os seus versos expresaron con fonda paixón o seu amor á cidade mais tamén un ansia de rebeldía irrenunciable”, señaló. La regidora, acompañada por María Gómez y Susana Villalta, madre y hermana de la poeta, dejó un ramo de flores frente a la tumba de Luísa Villalta, figura escogida por la Real Academia Galega para la conmemoración de las Letras Galegas 2024, cuando se conmemora el veinte aniversario de su fallecimiento. 

En el acto también hubo tiempo para recordar a los pasajeros del vuelo 118 de Aviaco, con motivo del cincuenta aniversario de la tragedia aérea de Montrove. “Desde hai case dez anos, grazas á iniciativa das familias, as vítimas son recordadas cun monumento neste cemiterio de San Amaro e hoxe a cidade volve lembralos 50 anos despois da gran traxedia”, comentó la alcaldesa, quien dispuso una corona de laurel sobre el monumento. El acto concluyó con el homenaje a los Mártires por la Libertad.