La imagen del edificio de Campanar, en Valencia, ardiendo hasta los cimientos, y de las diez peronas que fallecieron en él, aún se encuentra fresca en la retina de los coruñeses. Desde el 22 de febrero, fecha del trágico suceso, fuentes de Bomberos reconocen que han percibido un cambio en el comportamiento de los coruñeses. No solo porque reciben más llamadas en el parque de A Grela, sino por la forma en la que actúan los vecinos cuando se provoca un incendio en su comunidad. “Todos evacúan, nadie quiere quedarse dentro”, explica un bombero. Sin embargo, la situación parece haberse normalizado en los últimos días.
Esto ocurrió en un incendio reciente en Francisco Añón, donde ardió un coche el fin de semana pasado. El fuego afectó a la fachada del edificio situado en frente y algunos vecinos trataron de abandonarlo, pero los servicios de emergencia les indicaron que debían confinarse en sus hogares. “No se produjeron incidencias”, resaltaron. El hecho de que en Campanar, esta misma indicación provocara que varias personas quedaran atrapadas cuando el fuego creció, había provocado que los vecinos se resistieran a seguir una regla que salva vidas. “Lo de Campanar fue excepcional”, repiten los expertos.
Otro ejemplo de ello es el material del que estaba recubierto el edificio valenciano, que también se puede encontrar en muchos edificios de la ciudad: se trata de paneles de aluminio con núcleo de polietileno de baja densidad. Según la agencia EFE, estos mismos paneles se montaron en varios edificios En 2011 se emplearon en un inmueble de la avenida de Ramón y Cajal de 5.000 metros cuadrados. Un año después, se emplearon en un edificio residencial del polígono Someso de A Coruña (4.000 metros cuadrados). Pero los expertos consultados insisten en que no hay motivo de alarma
“No sabemos cuántos edificios de la ciudad tienen este componente, pero no se trata solo de los paneles”, explica un bombero. Un factor muy importante es cómo esté la fachada compartimentada o cómo está adherido el material. “Puede haber cien mil casas como esta en A Coruña y nunca ha pasado nada. No se trata de algo nuevo”, mantienen.
Durante la rueda de prensa ofrecida en el palacio municipal de María Pita las semana pasada con motivo de la presentación de la memoria de 2023 de Bomberos, el director del área de Seguridad Ciudadana, Carlos García Touriñán, reconoció el aumento de llamadas tras la tragedia de Valencia. “Llevamos muchos años trabajando en prevención”, dijo, para luego recordar que existe un programa de asesoramiento para informar a la ciudadanía sobre las medidas de seguridad en sus edificios. Touriñán también subrayó que “los edificios hay que mantenerlos como hay que mantener cualquier cosa que tenemos en nuestra propiedad, como el coche o la caldera”.
El año pasado, se registraron 173 incendios urbanos (la mayoría, domésticos), que normalmente son de escasa entidad. En realidad, el número cayó un 45% con respecto a 2022, cuando se registraron 252 fuegos de este tipo. A Coruña, es una ciudad segura también en este aspecto, aunque cualquier fuego puede dejar inhabitable una vivienda o matar a alguien. De ahí el énfasis en prevención.