Con el cierre de la ría de O Burgo al marisqueo con motivo del dragado, se ha producido un aumento de la actividad del furtivismo, que ve en este hecho una oportunidad para hacerse con todo el marisco que ha ido creciendo sin ser recogido por los mariscadores ilegales. Desde la cofradía señalan que se trata de un problema grave, del que tienen que tomar nota las autoridades: “Detectamos que de un tempo para aquí está aumentado o número de furtivos que están baixando cara a rái do Burgo”.
Los propios mariscadores reconocen que era lógico que ocurriera algo parecido puesto que, como llevan meses sin extraer nada de la ría: “O marisco está acumulado e ben que poden baixar para sustraer e gañar diñeiro”. Cuando los profesionales estaban realizando su trabajo, el margen de ganancia era muy bajo y no resultaba apetecible para los furtivos. “Agora eles ven mais producción nos bancos marisqueiros, o ven mais rentable”, señalan.
El fenómeno comenzó a detectarse hace algo más de un mes, después de que hubieran finalizado los trabajos previos al dragado. “Incluso a plena luz do día, sobre odo en mareas baixas, cando baixa moito os bancos marisqueiros, se pode ver a xente facendo esta actividade ilegal”. Es más, advierten que los furtivos podrán seguir actuando incluso cuando comiencen las obras y comience a levantarse el lodo tóxico acumulado en el lecho de la ría.
En contra de lo que pudiera parecer la almeja sobrevivirá a las obras, señala Manuel Baldomir, portavoz del colectivo: “Hai zonas da ría do Burgo, con bancos marisqeuiro. onde non se vai exercer ningún tipo de obra de dragaxe”. Además, los interesados trasladaron el marisco de otras zonas a aquellas en las que el marisco estaba a salvo, convirtiéndolas en más productivas aún. “Eles ven que vexan que unha zona concrea hai producción e baixan a tiro fixo”, añade Baldomir.
No se puede olvidar que, de todas maneras, este marisco no se puede consumir directamente del agua. No por las obras de dragado, sino porque la ría está catalogada como zona “B”. Eso significa que tiene que pasar siempre por un proceso de depuración antes de su consumo, lo que ocurre solo cuando la extracción se realiza por medios legales. Obviamente, los furtivos no llevan su captura a una depuradora, y la almeja puede estar contaminada con alga roja, toxina hipofílica o toxina amnésica, por ejemplo. “A Administración teñe que poñer un freno, porque ese marisco está alí para ser extraído de forma legal”, advirtió Baldomir. Las obras durarán un par de años, pero cuando todo haya cabado, los bancos tienen que estar a plena capacidad para poder retomar la actividad marisquera. “Si están sacando producto, cando se abra a ría nos vamos a atopar sen marisco”, advierten.
A finales del mes pasado, el Eprona (Equipo de Protección de la Naturaleza) de A Coruña, en colaboración con Unidades de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil, llevó a cabo una operación que se saldó con el arresto de una banda de furtivos que actuaban en A Coruña y Oleiros. Los siete sujetos fueron denunciados por un delito contra la flora y fauna y s eles impusieron multas por valor de 1.175.000 euros.
La operación se inició al detectar un incremento del furtivismo en la ría de O Burgo y otros lugares de Oleiros y A Coruña. Según el Instituto Armado, no se puede afirmar que los furtivos formaran una organización criminal, pero las investigaciones revelaron que si se coordinaban entre ellos para concretar zonas a mariscar ilegalmente.