Se creen los reyes de la pista de la Sagrada Familia, pero sólo son vándalos

Los vecinos explotan ante la última ola de desperfectos y pintadas en la zona deportiva, donde han visto cómo algunos jóvenes incluso se dedican a trepar por la maltrecha verja metálica; solicitan al Ayuntamiento y a la Policía más vigilancia y seguridad
Se creen los reyes de la pista de la Sagrada Familia, pero sólo son vándalos
Las últimas pintadas han afeado el aspecto de la remozada pista deportiva de la Sagrada Familia | Quintana

“Los vecinos pueden estar tranquilos: la pista deportiva se va a reparar. En los dos últimos años hemos invertido 80.000 euros en sucesivas reparaciones”. La frase corresponde a un mensaje de calma lanzado desde el Ayuntamiento a los residentes en la Sagrada Familia el pasado mes de junio. Hoy, apenas siete meses después, la sensación es si cabe de mayor cabreo por parte de los llamados a disfrutar de la instalación, aunque en este caso las culpas van mucho más repartidas y el foco se centra en la falta de civismo de una parte de los usuarios. Pintadas, verjas forzadas y rotas por un uso indebido, así como actitudes que espantan a quienes sí desean hacer un uso correcto. Un cóctel peligroso que amenaza con convertir el epicentro de la vida social del barrio en la sala de divertimentos de unos pocos. 

 

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Estado del cierre exterior de la pista | Quintana


La asociación vecinal de la Sagrada Familia, que en su día llegó a pedir la clausura de la instalación si no se realizaba el mantenimiento adecuado, pide el Ayuntamiento un compromiso más fuerte y, sobre todo, de mayor calidad a la hora de actuar. Entienden los vecinos que esos 40.000 euros de gasto medio podría ir a parar a soluciones más estables. “Vuelve a estar destartalada y no llegó a solucionarse de manera definitiva nada de lo que nos prometieron”, lamenta Juan Rodríguez, presidente de la agrupación que representa los intereses de los residentes.


Enfado 

En este caso, no obstante, el relato es cada vez más crítico con algunos de los usuarios, casi todos menores de edad, según intuyen los testigos. “El incivismo es una cuestión latente y permanente. Sólo así se entiende que anden subiendo por las vallas como si fueran monos, y los mandes bajar y no te hagan ni caso”, lamenta Rodríguez. “Algunos son vecinos y otros no, porque a la pista puede acudir quien quiera”, añade el presidente. 


Por otra parte, respecto a las labores realizadas por el Ayuntamiento durante los últimos meses, Rodríguez asevera: “Lo que hacen es parchear, pero los problemas no se solucionan con parches. Lo más lógico sería, como nos prometieron, proteger las verjas con una malla para el ruido, para que los balones no vayan directamente ahí y que no vaya cediendo. Lo que hacen es soldar”. La pista deportiva es, además, el punto de encuentro para las actividades sociales de la asociación vecinal. 

Se creen los reyes de la pista de la Sagrada Familia, pero sólo son vándalos

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