La preocupación por la situación del mercado de la vivienda aumenta con el paso de los meses. Por primera vez desde que hay registros, el número de inmuebles en alquiler en Galicia baja de los 3.000, marcando un mínimo histórico. En A Coruña hay 490 viviendas en el circuito de comercialización, sesenta menos que en Vigo; esto produce que el problema se agudice, ya que los altos precios y la escasez de oferta parece que van de la mano. Así, el valor medio del metro cuadrado de un inmueble en régimen de arrendamiento se sitúa en 8,6 euros –máximo histórico–, con un incremento en la comparativa interanual de un 6%, según el último informe elaborado por la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein).
La radiografía del mercado deja ver, además, diferentes aspectos que ponen de manifiesto la problemática. El 24% de la vivienda en alquiler en el municipio supera los 1.000 euros al mes. Por otra parte, el 12% no está en un estado óptimo o su mobiliario es deficiente y los inconvenientes de humedades o aislamientos térmicos y acústicos se dan en un 18%. Todo ello teniendo en cuenta que en A Coruña hay 27.881 viviendas con contratos de alquiler vigentes.
La patronal inmobiliaria asegura que la subida del Euribor y el endurecimiento de la financiación hipotecaria deja a más de un 56% de las unidades familiares gallegas fuera del segmento de población de poner tener una vivienda en propiedad, con lo que el incremento de la demanda de inmuebles en arrendamientos en los próximos meses “está garantizada”.
Es aquí donde comienzan las conclusiones del estudio. La primera no es nueva: A Coruña y Vigo cuentan con una oferta en mínimos y unos precios en máximos, pero, además, el 92% de los pisos en alquiler en ambas ciudades supera los 500 euros.
La segunda es la desconfianza de los propietarios “hacia una próxima Ley estatal de vivienda que los deja en una situación de inseguridad jurídica”, lo que también provoca un inconveniente mayor: la derivación de viviendas de alquiler tradicional hacia el vacacional. El presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias, Benito Iglesias, expone que, a día de hoy, el mercado de la vivienda “ya no es asumible para todos”. Los tipos de interés se moverán hacia el 4%, lo que expulsará, adelanta, al 15% de las familias gallegas que el año pasado sí podían acceder a una hipoteca.
Esto, unido al “grupo de financiación hipotecaria que se empieza nuevamente a cerrar a imagen y semejanza de lo que sucedió en la crisis de 2009, espoleará la demanda de viviendas en arrendamiento más aún”, comenta. Este año, asegura, será “complejo y difícil” en materia de vivienda en alquiler. Habrá incertidumbre y las previsiones preocupan a las familias de rentas medias bajas y bajas. Por ello, Iglesias urge la creación de un parque social de viviendas y una política de protección oficial acorde a las necesidades reales.
El presidente de Fegein cifra en 20.000 los pisos de protección oficial que necesita Galicia a corto plazo y “con urgencia” para funcionar como plan de choque en materia de vivienda para atender las necesidades de quienes no pueden tener un inmueble en propiedad en el mercado libre. Por último, las viviendas vacacionales superan las 17.000 registradas, convirtiéndose en un “valor refugio” para los propietarios.
Por último, Benito Iglesias expone la dificultad de los menores de 29 años para emanciparse. En total, un 88% de los jóvenes no pueden acceder a un piso en propiedad debido a su precio y el salario no equitativo a los precios actuales de la propiedad y el arrendamiento. En definitiva, “la única alternativa para los jóvenes es el alquiler y aún así los elevados precios no les permite alquilar una vivienda en su totalidad, siendo el arrendamiento compartido su única opción para dejar de vivir con sus padres”. Desde la patronal solicitan a las administraciones que los inmuebles de protección oficial se promuevan.