Decenas de vecinos de O Castrillón cortan la calle y se plantan contra la falta de salubridad de la zona

Decenas de vecinos de O Castrillón cortan la calle y se plantan contra la falta de salubridad de la zona
Decenas de vecinos cortaron la avenida de la Concordia | Patricia G. Fraga

Lo que comenzó como una protesta sobre un solar en mal estado se convirtió para los vecinos de O Castrillón en el altavoz perfecto para hacer llegar al resto de la ciudad los problemas del día a día. Varias decenas de personas cortaron la avenida de la Concordia, tal y como habían anunciado, y, pancarta en mano, recordaron a los representantes municipales que quieren “un barrio, non un vertedoiro” y que “O Castrillón tamén existe”. Fueron veinte minutos, entre las 12.10 y las 12.30 horas, en los que se sintieron, por unos minutos, soberanos de su barrio. .
 

El solar en estado de abandono de la calle de José María Hernansáez, objeto del malestar inicial, amaneció con sorpresa para los convocantes: Varios operarios municipales adecentaron desde primera hora la maleza que traía de cabeza a los inquilinos y viandantes. También se instalaron señales prohibiendo el estacionamiento. Dos viejas reivindicaciones que, no obstante, no frenaron las ganas de gritar y expresar todo aquello que se había quedado en burocracia sin respuesta.
 

El corte de la avenida de la Concordia no respondió al llamamiento de asociación vecinal alguna, sino a la espontánea acción de una especie de asociación de afectados. Cada ciudadano que se unía, los más veteranos sentados en una silla, gritaba al aire todo aquello que les incomoda.
 

Jeringuillas y ratas 

Respecto al solar la situación va más allá de lo estético. El tramo entre la avenida de la Concordia y la calle de José María Hernansáez es una arteria por la que los más pequeños acuden a la guardería, los escolares al instituto y los mayores, principalmente, al centro de salud. “Me da vergüenza hasta describir lo que allí sucede; la maleza y el abandono es tal que aparecen mascarillas, jeringuillas y, por supuesto, ratas”, denuncia una vecina, que comparte sus quejas incluso con uno de los cinco policías, cuatro nacionales y un local, desplazados para controlar la concentración. 
 

Por su parte, José Antonio Barral lleva 53 viviendo en un barrio para que reivindica atención e igualdad. “La alcaldesa no sabe que A Coruña empieza en el puente de A Pasaxe, no es solamente los Cantones y La Marina, nosotros contribuimos como cualquier ciudadano. Llamamos a Medio Ambiente y la respuesta siempre es “mañana te llamo””, recuerda. “Lo que pedimos es que haya un proyecto para este solar. Hemos pedido que nos reciban para saber qué, cómo y cuándo lo van a hacer. Hay un proyecto del cual no sabemos nada”, prosigue. 
 

A las 12.30 horas, con puntualidad británica, los vecinos levantan la concentración con un aplauso masivo y la esperanza de que éste se escuche más allá del barrio. La realidad dice es que la voz de O Castrillón se hace escuchar cada vez que protesta, después de la reciente mesa redonda para su complejo deportivo.

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