Una de las fiestas más esperadas en el calendario de Samaín y Halloween en A Coruña es la peculiar tradición del barrio de Monte Alto, en su mezcla entre terror y gastronomía, el ‘Calloween’. Durante el día de ayer, cientos de herculinos pudieron disfrutar de degustaciones de callos, sesión vermut y mucha música, en el regreso de esta celebración.
Organizado por la Asociación de Vecinos y Comerciantes de Monte Alto, en colaboración con la Federación Unión Comercial Coruñesa (FUCC), en esta quinta edición los comercios locales fueron principales protagonistas tras ofrecer estas degustaciones.
Esta es la brillante peculiaridad gastronómica que la plaza de España ofreció durante toda la jornada de ayer. La previsión era que empezara a las 11.00 horas, aunque los más perezosos tardaron en aparecer. Eso sí, a mediodía se pudo palpar la enorme asistencia de gente disfrazada acudiendo a la céntrica zona coruñesa para disfrutar de buena música, de buen ambiente y de buenos callos.
Más de mil fueron las degustaciones que se repartieron de este producto aportadas por los comercios locales. No obstante, la celebración incluyó una zona gastro, donde degustar los mejores sabores de las diferentes propuestas de las foodtrucks presentes, así como una zona de terraza y barra, con un gran espacio y comodidad.
Diferentes propuestas
Además de la habitual sesión vermú, acompañada de animación musical durante toda la jornada, también hubo diferentes propuestas culturales con los más pequeños como protagonistas. Uno de los que más éxito tuvo fue ‘Monster Chef’, el taller de cocina creativa infantil en el que los niños pudieron aprender todo tipo
de recetas de Halloween, con un aforo de 16 niños por turno y tres turnos por hora. A mayores, también estuvo disponible una zona de juegos de construcción, donde de nuevo las crianzas pudieron disfrutar en un entorno seguro.
Además, esta edición se esperaba con ganas, tras suspenderse la del año pasado por condiciones metereológicas. Con el foco puesto en el comercio local, cientos de visitantes pudieron disfrutar de una gran jornada en la que los disfraces, los sustos, la música y, sobre todo, los callos, fueron los protagonistas.