Denuncian otro punto negro en un edificio de Agra do Orzán de A Coruña

La comunidad ha votado instalar cámaras de seguridad
Denuncian otro punto negro en un edificio de Agra do Orzán de A Coruña
Vista de la calle Laracha, en el corazón de la Sagrada Familia | Quintana

Los vecinos de A Coruña son los primeros en descubrir cuando algo altera la rutina de su comunidad, y lo denuncian a través de la asociación de su barrio o llamando directamente a la Policía. El último caso conocido se halla en la calle Laracha, donde han denunciado un problema en el número 12. Los vecinos se quejan de que un nuevo inquilino que se instaló en abril genera problemas: ruidos, visitas a horas intempestivas, discusiones y golpes y tráfico de drogas. Fuentes de la Policía Nacional afirman que ya está al corriente de ello y que han recibido varias denuncias. 


Los vecinos quieren que se haga algo. “No conseguimos dormir una noche. A veces me despierto a las tres de la mañana”, afirma una mujer. Como suele ocurrir en estos casos, el problema lo generan las visitas del inquilino, que parece que disfruta de una agitada vida social a todas horas. “Cada día suben entre 20 y 40 personas”, aseguran. Por el aspecto, les parecen drogadictos. “Son jóvenes que vienen con mochila. Entran y vuelven a salir”, comentan los insomnes vecinos. 
 

Golpes y peleas 

Estos presuntos compradores llaman a través de sus teléfonos móviles, “él les abre el portal y suben y luego les abre la puerta”. Una vez en el interior, a veces no todo transcurre en tranquilidad. “Hay discusiones y follones. Gritan y dan golpes tremendos. No sé si rompen los muebles o qué pasa”, explica la vecina. Es una historia familiar, porque suele repetirse en los casos en los que un vecino es un toxicómano. Y como también ocurre, las peleas se producen no solo en el edificio, sino también en los alrededores. “Hubo una pelea en la calle Ramón Aller”, señala. Fue a mediados del mes pasado, donde se descubrió de madrugada a un hombre herido. Eran las cinco de la mañana y cuando llegó la Policía, el hombre explicó que había sido agredido en ese mismo piso. 


Después de tres meses, los vecinos están hartos. Por el momento no han sufrido destrozos, más allá de unos tornillos flojos en la puerta, pero han decidido instalar cámaras de seguridad en el interior. Como método de disuasión. 

Denuncian otro punto negro en un edificio de Agra do Orzán de A Coruña

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