Más de medio millar de niños, y no tan niños, se lo pasaron en grande con la primera fiesta de la espuma organizada por la Asociación de Vecinos de O Ventorrillo. Todas las previsiones de asistencia se vieron desbordadas y hasta la plaza situada encima del Gadis de la calle del alcalde Salorio Suárez se desplazaron familias enteras de la Sagrada Familia, Los Rosales, Mariñeiros o Agra do Orzán.
Bastaron un deslizador, un tobogán acuático, 800 litros de agua y 90 de espuma para montar la mayor celebración en la calle desde las fiestas del barrio, algo que llenó de orgullo a una asociación vecinal que se ha especializado en repartir felicidad entre los residentes. “Es la primera vez que organizamos algo exclusivo para los niños y se nos ha vuelto a desbordar cualquier previsión, ni siquiera el tiempo puede con O Ventorrillo”, bromeó el vicepresidente Aníbal Rodríguez, en referencia a un día que comenzó con niebla y lluvia y pareció abrir de par en par con motivo de la fiesta.
En la convocatoria la propia asociación había indicado que se trataba de un evento “para niños de menos de 100 años”, y a juzgar por la cara de felicidad de muchos adultos no podría haber sido más acertado. “Creo que nos lo hemos pasado todos en grande, es algo muy especial poder pasar un día así”, comentaba el propio Rodríguez, que fue uno de los que no dudó en zambullirse y revolcarse en la espuma.
Apenas ha pasado un mes desde que O Ventorrillo se convirtiera en pionero de otra iniciativa exactamente en el mismo lugar: Ventorrillo Orgulloso, que también resultó un éxito de asistencia y convivencia e incluso contó con el reconocimiento de los profesionales encargados de velar por la seguridad. La buena acogida provocó que la asociación vecinal anunciase una edición más grande para el próximo año, un sentimiento semejante al que ahora mismo provoca la fiesta de la espuma.
Para la jornada de hoy está previsto que, también en la plaza de encima del Gadis del barrio, se celebre una sesión abierta de pilates. No será necesario ningún tipo de inscripción previa, la participación es libre y el único requisito será llevar una esterilla.
Dentro de una semana tendrá lugar una clase pública de zumba, que seguramente significará el último acontecimiento público a cargo de una asociación que se tomará un pequeño descanso antes de afrontar la recta final de las fiestas del barrio, el gran acontecimiento del mes de octubre.