Durante buena parte del siglo pasado no fueron pocas las familias gallegas con miembros que tuvieron que emigrar. Los primeros destinos estaban al otro lado del charco, pero en la segunda mitad del siglo, destinos como Suiza o Alemania fueron los predilectos, ante la demanda de mano de obra de ambos estados. En los 60, surgió otro destino, quizá con menor afluencia, pero cuyas memorias también permiten construir y entender “a memoria do país”. Los gallegos que emigraban al Reino Unido lo hacían en dos buques: el ‘Montserrat’ y el ‘Begoña’. Ahora, la memoria de aquellos emigrantes a las islas británicas se recoge en la exposición ‘As xeracións do Montserrat’, que se podrá ver en el Kiosco Alfonso hasta el 14 de enero.
La muestra, comisariada por Xesús Fraga, recorre la memoria y vivencias de estas familias a través de sus objetos personales, desde fotografías, hasta objetos de sus profesiones, pasando por elementos simbólicos.
“O ‘Montserrat’ e o ‘Begoña’ facían escala na Coruña e en Vigo e levaban aos emigrantes a Inglaterra”, comenta Fraga, que recuerda que eran estos mismos buques los que transportaron a multitud de gallegos a Venezuela años antes.
El trabajo de la muestra, en realidad, comenzó hace unos años, cuando Fraga escribía sobre la emigración de su familia, ya que su abuela viajó, precisamente, en el ‘Montserrat’. Aquel libro era ‘Virtudes e misterios’ y le abrió la puerta a más historias similares: “Moita xente me escribiu para contar as súas experiencias, é un caudal de historias que colectivamente contaban a historia do país”, apunta. Así, como parte del archivo de la emigración del Consello da Cultura, promotora de la exposición, les propuso el proyecto.
Así, se reúnen en el Kiosco Alfonso memorias de personas que viajaron desde los puertos de A Coruña y Vigo, procedentes de lugares dispares como Betanzos, Ferrol, Cariño, A Coruña, Santiago o Vigo. Fraga habló con emigrantes “que foran a bordo deses barcos para que me contaran as súas experiencias, tanto no barco como na emigración”.
Así reúne una docena de historias contadas en palabras, pero también a través de fotografías, documentos y objetos de todo tipo. Desde el medidor de voltaje de un electricista, a la máquina con la que una mujer cosía uniformes en un hospital, pasando por la primera libra que ganó una mujer de Cariño, que guardó como recordatorio y talismán. La muestra reúne también discos de The Beatles, vajillas, pero también la gorra de uno de los capitanes o planos de los barcos hechos en Astano.