La huelga que los trabajadores de la ORA y la grúa que tenían programada para ayer nunca llegó a celebrarse: el martes a las nueve y media de la noche el comité de huelga (formado por delegados de UGT y CCOO) llegó a un preacuerdo tras diez horas de negociación para mejorar sus condiciones salariales. El delegado de la ORA, Roberto Ares, señaló que no se trata de un acuerdo óptimo, pero aceptable en un momento en el que la peatonalización avanza por toda la ciudad, lo que considera una amenaza para sus puestos de trabajo: “Hace seis años, cuando hubo un cambio de concesión, éramos 54 trabajadores, teníamos cinco del comité, ahora somos tres delegados, 41 trabajadores”.
La razón, asegura, es que no se cubrieron jubilaciones y que no se necesitan tantos controladores por que la concesionaria, Setex Aparki, no ha dejado de perder plazas debido a las peatonalizaciones que se han llevado a cabo en los últimos años. Solo en 2021, cayó un 10%. Por supuesto, no hay peligro de que la empresa sufra pérdidas: en el pliego de condiciones del contrato figura que el Ayuntamiento “deberá asumir a su costa reducciones en el número de plazas de pago, incrementos en el horario del servicio y/o de los medios materiales adscritos al contrato hasta el límite del 10% de las plazas”.
Ares asegura que, a pesar de la reducción de plantilla, la concesionaria exige que el rendimiento que se saca al servicio sea alto: “QUeremos que cada plaza dé mucho dinero, tenemos que optimizarlo al máximo. Hay que repercutirlo en el cliente”. Es decir, que si alguien mete dos horas de dinero, no se le regala nada. “El margen que se le da para meter más dinero varía en cada compañero, pero uno prudencial sería de diez minutos”, considera el sindicalista.
La reducción de número de plazas no es irreversible, por supuesto: de hecho, En diciembre, se pintaron varias plazas azules en batería en la avenida de Arteixo, en sentido subida. De esta manera, se ganaron 45 plazas de aparcamiento.
Pero esto solo es el principio: es muy posible que se amplíe más allá de su actual límite, que es la ronda de Nelle. En junio del año pasado, poco después de haber tomado posesión de su cargo, el concejal de Movilidad, Francisco Díaz hizo notar que se puede ampliar: “Es una medida que, por primera vez, nos están pidiendo los vecinos”.
En realidad, lo que piden los residentes es más zona verde, también regulada por la ORA. Pero esto no será posible hasta que se aprueba la nueva ordenanza de movilidad, que lleva ya un considerable retraso y que se ha dilatado más al incorporarse la Zona de bajas Emisiones (ZBE).