La okupación abrió esta semana un nuevo capítulo en A Coruña. O más bien, la desokupación: una empresa del sector, Desocupa 24 horas, ha expulsado a un grupo de mujeres que supuestamente se dedicaba a la prostitución de un piso situado en la calle de Manuel Azaña, en el barrio de Los Rosales. Se trata de la primera vez que se tiene noticia semejante.
En realidad, según la propia empresa, se trata de un caso de morosidad: la inquilina llevaba meses sin pagar la renta, de manera que la propiedad decidió contratar a esta empresa para expulsarles, aunque solo después de que la deuda se elevara a 11.000 euros. En estos casos, desde Desocupa 24 horas reconocen que existen pocas esperanzas para los afectados de recuperar la deuda. Por otro lado, el piso no se encontraba en malas condiciones, teniendo en cuenta casos anteriores en los que han recuperado viviendas.
Según Desocupa 24 horas, se tardó cerca de un mes en conseguir que las supuestas prostitutas (cuatro mujeres y un hombre) abandonaran la casa y aseguran que no fue necesario ninguna violencia. “Simplemente, nos mantuvimos en el portal y sacamos fotos de la gente que entraba –comenta el gerente, Francisco Fernández–. A nadie le gusta que le saquen una foto entrando en una casa de citas. Sobre todo si están casados, y el 90% lo están”.
Se trata de la primera vez que una empresa de desokupación recupera un supuesto prostíbulo en A Coruña. Fernández, por lo menos, reconoce que es la primera vez que lo hace en Galicia, dado que su campo de operaciones es sobre todo el sur. Algo que ocurre con otras empresas del ramo que están radicadas aquí, como, Mi casa no es la tuya o Desocupa Galicia. La situación en el sur es mucho más preocupante que en A Coruña, como le gusta recordar a las autoridades.
Aunque no está exento de complicaciones, algunos propietarios escogen este método para recuperar su propiedad de inquilinos morosos. Ese es el 80% del trabajo de las empresas de desokupación, tanto en A Coruña como fuera de ella. Pero son los casos de okupas, es decir, de aquellos que han allanado una casa vacía para apropiarse de ella, lo que más preocupación pública genera: “Tuvimos esta misma semana un caso en Eirís”, reconoce Fernández.
Aunque en la mayor parte de los casos se puede tardar varias semanas en conseguir expulsar al okupa (cuando se consigue), en esta ocasión fue muy rápido: apenas 24 horas, lo que hace honor a su nombre. “Aseguraba que le había dejado el propietario vivir allí, pero no era cierto”, explica el gerente. Sin embargo, tras la visita de cuatro empleados suyos consiguieron persuadirle para que desalojara la vivienda, una de las casas unifamiliares de las que aún quedan en la zona.
En realidad, el fenómeno de la okupación en A Coruña es muy diverso y últimamente la preocupación se centra no en las viviendas, sino en los bajos abandonados, y que también son susceptibles de ser okupados por toxicómanos. Desocupa 24 horas también actuó en Monte Alto por un caso parecido. Fue a finales de febrero, en la calle de Ángel Rebollo. Una mujer alquiló un bar, pero nunca llegó a abrirlo, sino que se alojó allí en compañía de dos hombres, sin pagar el alquiler, hasta que fueron expulsados.
Un caso semejante se dio en O ventorrillo hace unas semanas, cuando una protesta de vecinos logró desalojar a unos sujetos que habían pagado el alquiler de un local, pero cuyo único negocio era supuestamente el de la droga. También era la primera vez.