Emma Lustres es la cara del audiovisual hecho en Galicia. Coruñesa de adopción y deportivista de corazón, defiende un modelo de industria con alma atlántica y vocación internacional. Su productora, Vaca Films, acaba de estrenar la serie de Netflix ‘Clanes’, una historia humana vestida de thriller con la que acerca a los espectadores a la realidad del narcotráfico.
Vaca Films, la demostración de que se puede triunfar en la industria del cine desde A Coruña.
Eso era un poco nuestro empeño. Yo recuerdo cuando montamos la productora mi marido y yo. Éramos novios, eramos jóvenes; y en Madrid nos decían: “¿No os vais a venir aquí?” “No, no, no”. Y ese era el empeño, intentar hacer cine desde Galicia, sobre todo también poner nuestro grano de arena para que la gente que se quisiese dedicar al audiovisual pudiese quedarse aquí. El audiovisual en España y en Galicia cambió muchísimo, pero en aquel momento nosotros éramos la primera generación de productores cinematográficos, productores audiovisuales formados en la Universidad. Vaca Films creo que es una señal, ¿no?
Tenemos la sensación de que A Coruña está muy volcada con el cine.
Hay una cosa que está muy de moda ahora que es el amistoso por todo, “friendly”. Pues yo creo que Coruña, antes de que la palabra se utilizase así como de forma tan común, ya era así. Yo creo que tiene que ver con el orgullo que tú tienes con tu ciudad. O sea, yo creo que los coruñeses se sienten súper orgullosos de Coruña, por lo tanto, les gusta ver la ciudad reflejada en una película, en una serie, y, sobre todo, con protagonismo. A mí un día me decían: “Es que Vaca Films es de los coruñeses”. Digo, “pues que satisfacción ¿no?, qué alegría”. Creo que el habernos quedado aquí tiene muchas más ventajas que inconvenientes. Y una es la facilidad con que todos los alcaldes con los que hemos trabajado han puesto la ciudad un poco a nuestra disposición. Y el resto de instituciones, desde la Universidad, al Puerto, asociaciones, empresas... También nos hemos preocupado mucho por dejar buen sabor de boca por allí por donde pasamos. No me olvido, que habíamos cortado todos los Cantones varios días y yo decía: “El del quiosco, que no va a vender un periódico”. Entonces me acerco y le digo: “Oye...” “¡No, estoy encantado, estoy encantado! Maravilloso. Tienes una gente estupenda trabajando”. Y esto se repite constantemente.
Pese a todas las facilidades, imagino que habrá algún rodaje que le haya quitado el sueño.
Varios, varios. Los rodajes son muy complicados y yo soy una persona que me involucro bastante. Hay una cosa curiosa: cuando hacíamos películas yo lo vivía de una forma un poco más relajada. Nosotros desarrollamos, vendemos derechos a las televisiones, a distribuidoras, agentes de ventas internacionales, pero la propiedad intelectual e industrial es nuestra. En cambio, las series son encargos, y ahí, aunque tienes todo el respaldo de las plataformas económicamente hablando, vivo más intranquila porque tengo esa responsabilidad de no fallar.
Luego hay varias películas especiales o más complicadas. ‘Celda’ fue complicada porque era nuestra primera película grande, entonces éramos unos inexpertos. Yo realmente echo la vista atrás y digo: “Ay Dios, qué poco sabía...”. También creo que es mejor. Nosotros en ‘Celda’ hemos hecho alguna cosa que yo a día de hoy no haría, como decirle que no a la televisión, en este caso a Telecinco, porque el protagonista tenía que ser el que ellos decían. Y digo “pues no, yo ese actor no lo voy a poner”. “Pues entonces la película cuesta menos”. “Bueno, pues que cueste menos”. Ahora no me atrevería a echarle ese pulso. En este caso salió bien porque la película fue un éxito rotundo y todo se olvida. ‘Celda’ fue fruto en parte de la inexperiencia y del atrevimiento de ser joven. Creo que es la mejor manera de afrontar proyectos. La experiencia es importante, pero la valentía y la frescura no tienen precio.
¿Y en los rodajes es más complicado solucionar las cuestiones técnicas que, por ejemplo, la gestión de actores?
Diría que difícil, difícil, no hay nada. Es un trabajo maravilloso. Tal y como afrontamos el trabajo, cada vez que haces una película, te metes en un tema concreto y conoces a un tipo de gente o unas circunstancias concretas. Si haces una película sobre estafa, preferentes, bancos... pues te metes ahí y conoces mucho de ese mundo. ¿Tema cárcel? Pues lo mismo, cárceles, funcionarios, presos... En ‘Celda’, la figuración eran todos expresidiarios. Te acercas a un mundo, a una realidad, interpretas esa realidad, la transmites. Hay un trabajo de documentación. Ahora estrenamos una serie para Netflix, ‘Clanes’, que es impresionante. Es una maravilla. Pues nos hemos metido a tope en el mundo todo del narcotráfico, de policías. Bueno, fue una pasada de anécdotas súper divertidas. Un día, en una comida con varios narcos que nos asesoraban y con varios actores, dijeron “¡Ah, una foto!”. Digo: “Una foto, una foto... a ver, una foto”. Y me dice uno: “Ya no vas a poder ser presidente de la Xunta”.
El proceso de creación, el proceso de diseño de producción, es una maravilla. Luego está toda la parte técnica de un equipo rodando. Normalmente la gente que se dedica al audiovisual es gente entusiasta a la que le encanta ese trabajo. Entonces, toda la parte de gestión de personal, de lo que es la producción, tanto con técnicos como actores, es fácil. Yo además soy de la idea de que a los actores hay que cuidarles mucho, hay que protegerles mucho.
¿Y eso?
Me he encontrado con que el 99% de los actores son gente normal, maravillosa, cercana, sencilla, simple, tímida, cero prepotente, cero ego. Un día me lo decía un actor: “Yo llego a un sitio y la gente ya tiene una idea sobre mí” Y es verdad. Por eso yo empatizo con ellos, porque me parece muy delicado el hecho de estar todo el rato expuesto. Es como si tienes un hijo y lo sueltas en medio de la plaza y que todo el mundo opine.
Habla de la idea de que todo el mundo opina sobre ti y hay otro sector en el que pasa lo mismo, que es el fútbol.
Totalmente.
Como deportivista de corazón que es, ¿más tranquila de aficionada que de persona con responsabilidad dentro del club?
Sí, claro. No tiene que ver. Cuando estás ahí sabes que, si no es toda la ciudad, prácticamente toda está pendiente del Depor. Y se alegra y sufre con el Depor. Es una industria muy de la emoción.
Los coruñeses se sienten súper orgullosos de Coruña, por lo tanto, les gusta ver la ciudad reflejada en una película, en una serie, y, sobre todo, con protagonismo
¿Su experiencia le daría para escribir un guion?
No tanto. Aunque creo que el mundo del fútbol es muy peculiar y sí que podría dar para alguna película. De hecho, tengo dos en la cabeza. Es bonito y es curioso, es duro, es difícil. Vamos, yo una vez y nunca más. Me han ofrecido después entrar en algún equipo de Primera División, que no voy a decir cuál, y digo: “¿Pero qué quieres, que me maten en La Coruña? Ha sido una experiencia bonita, pero intensa y dura también, de alguna noche no dormir por haber perdido o empatado en Riazor.
Como mujer, ¿es más difícil el mundo del cine o el del fútbol?
Yo soy una persona que me como el mundo. Un amigo me dice: “Eres la persona más ambiciosa que conozco”. Yo no me considero ambiciosa, al menos económicamente hablando. Y en mi caso el ser mujer nunca ha sido un freno, todo lo contrario. Pero la sociedad sí necesita un apoyo a las mujeres. Lo primero, porque no es justo, la desigualdad no es justa, y con igualdad la sociedad va a ser mejor.
Volviendo a la ambición. ¿Ya ha cumplido su proyecto soñado?
Ya lo he cumplido. Porque he ido cambiando mis objetivos. El ser madre a mí me cambió radicalmente, porque de repente ya lo más importante es eso. Profesionalmente creo que hemos alcanzado una serie de éxitos y de hitos y nos hemos posicionado en Galicia y en España, incluso un poquito en Europa. No tengo la ambición de más. Solo de seguir haciendo un poco las cosas igual que hasta ahora. Seguir haciendo películas que funcionen bien, que se vean, que me siento orgullosa de ellas, que sean responsables socialmente, que ayuden a mejorar un poquito a la gente que las vea, que la gente se entretenga viéndolas. Generar trabajo aquí, atraer inversión a Galicia, a La Coruña y sobre todo, a lo que aspiro es a pasar tiempo con mis amigos, con mi familia, con mis hijos.
No tengo la ambición de más. Solo de seguir haciendo un poco las cosas igual que hasta ahora
¿Películas o series?
Películas, películas, películas, como espectadora y como productora. ¿Qué pasa? Que las series, claro, han dado un vuelco al sector. El cine como negocio es más difícil. El mundo de las plataformas es muy parecido a la televisión. Yo siempre pongo un ejemplo: la gente come más en su casa que en restaurantes. Esto es lo mismo, el cine es como ir al restaurante y las plataformas, como cenar en casa. Yo estoy muy contenta de la llegada de las plataformas a España e hiper agradecida de la confianza que Netflix ha puesto en Vaca Films. Es una empresa admirable, ha democratizado el audiovisual, ha democratizado la ficción. Netflix ha roto una forma de hacer audiovisual de los últimos cien años y en España hemos tenido también la suerte de que se han apoyado aquí, han montado el centro de producción más importante de Europa, han confiado en el talento español y el talento español ha respondido. El año pasado, de las diez películas en lengua no inglesa más vistas teníamos tres.
¿Cómo sería la película de su vida?
La película de Emma Lustres sería la de una niña que crece con los ojos muy abiertos, aprendiendo, chupando, observando y madurando muy rápido y que desde pequeña sueña con, sueña con, sueña con..., y después va creciendo y sigue soñando con, sigue soñando con... Y cuando ya es madura y adulta y mira atrás y analiza y tal, dice: “Hasta aquí es suficiente”.
Y luego, a mí lo que me encantaría sería hacer una película que estuviese a la mitad de ‘El Padrino’. Eso sería mi sueño, hacer una película que dijeses “buah, es como ‘El Padrino’”. Esa es mi película favorita que no me canso de ver y que me parece una obra de arte. O sea, la pongo a la altura de cuadros de Picasso.
Puede que algún día la veamos...
Ojalá. Pero bueno, yo diría que soy una persona con todos los sueños cumplidos. Solo me falta ver al Depor jugando en Europa con los niños. Porque no nos van a llevar a Primera, nos van a llevar a Europa.