Un total de siete víctimas mortales, cuatro gatos y tres perros según los vecinos, se ha cobrado ya el llamado ‘asesino de la salchicha’, un envenenador en serie que merodea desde hace semanas el Barrio de las Flores y que ha sembrado la alarma entre los residentes. El sobrenombre corresponde a su modus operandi: dejar cebos en forma salchichas impregnadas con sustancias tóxicas y letales. 

La Asociación Veciñal en Defensa do Barrio das Flores  ha decidido dar un paso al frente y empapelar la zona con carteles de advertencia, no solamente para proteger a los animales, sino también a los niños. “¡Cuidado, peligro!: Veneno por el barrio con la intención de matar perros y gatos poniendo en riesgo la vida de niños y niñas”, rezan los escritos que han proliferado en los últimos días, además de incluir un recuento actualizado de víctimas. 

Lejos de ser un misterio para los residentes, éstos afirman que el culpable está perfectamente identificado, así como sus zonas de actuación: “Es un vecino del barrio que, curiosamente, tiene un gato en su casa, pero que pega patadas a los gatos de otros vecinos y ya ha tenido algún encontronazo con otros vecinos”. Además, apuntan a la calle de los Pensamientos y el jardín de detrás de la iglesia como áreas predilectas para dejar sus salchichas mortales.

Dispositivo audiovisual 

Acostumbrados a la movilización y a medidas de autogestión de la seguridad, los vecinos del Barrio de las Flores advierten en su cartelería, además, de la instalación de cámaras a lo largo de varios puntos para obtener las pruebas que inculpen a su principal sospechoso. “Hemos puesto cámaras y, si lo cogemos in fraganti, vamos a traladar el material a la Policía”, confiesa la presidenta de la Asociación Veciñal, Caluxa Barrientos. “Son cinco cámaras y, como son a batería, tienen capacidad para grabar durante bastantes horas”, añade la dirigente. 

Los vecinos del Barrio de las Flores también tienen operativa una patrulla vecinal que los fines de semana vigila tanto a pie de calle como desde las ventanas. La iniciativa se puso en marcha a finales de junio, debido a la presencia de un grupo de violentos que se dedicaban a causar desperfectos en los coches durante la madrugada.