Un equipo de la UDC, premio a la Transferencia Tecnológica de Galicia

Los investigadores descubrieron un material sólido llamado a ser el sustituto de los gases refrigerantes
Un equipo de la UDC, premio a la Transferencia Tecnológica de Galicia
EL equipo de la UDC posa durante la entrega de premios de la RAGC. Juan Manuel Bermúdez, segundo por la izquierda.

Un equipo de investigadores de la Universidad de A Coruña (UDC) ha sido galardonado por la Real Academia Galega de Ciencias (RAGC) con el Premio a la Transferencia de Tecnología en Galicia, un honor que se concede a la mejor investigación aplicada de la comunidad. El equipo universitario, conformado por un total de 16 personas, consiguió desarrollar  una serie de nuevos refrigerantes basados en materiales sólidos (en lugar de los tradicionales gases, por lo general muy contaminantes) para sistemas de refrigeración y calefacción. El objetivo es aumentar la eficiencia energética y reducir los gases de efecto invernadero.


“El proyecto comenzó en 2016, cuando nuestro equipo de investigación de química en estado sólido, liderado por la profesora María Antonia Señarís, descubrió un material sólido que servía para refrigeración”, cuenta el investigador y químico de la UDC Juan Manuel Bermúdez. “Este descubrimiento surgió a partir mi tesis doctoral. Lo que encontramos fue un material sintético con una estructura muy similar a la  de un mineral llamado perovskita, por lo que decidimos apodarlo perovskiña”.


Los investigadores pensaron en un primer momento en utilizar este material para aplicaciones fotovoltaicas, pero pronto se dieron cuenta de que no funcionaba. Sin embargo, al someter a la perovskiña a altas presiones los científicos descubrieron que tenía un gran efecto de refrigeración. A partir de ahí, el equipo comenzó una nueva línea de investigación que ya no incluía únicamente a químicos, sino a especialistas en el estudio de propiedades térmicas y a ingenieros en eficiencia energética.


“En 2023 descubrimos una nueva familia de materiales refrigerantes sólidos que se presurizaban mediante un gas, dióxido de carbono (CO2), y que tenían más poder de refrigeración que la perovskiña”, explica Bermúdez. “Estos materiales tienen una serie de cavidades que absorben el CO2, lo que hace que la estructura aumente su volumen y se caliente mucho. Cuando el CO2 se expulsa en forma de gas, la estructura vuelve a su aspecto original. Esto es lo que explica que el material se refrigere mucho más”.


El equipo decidió bautizar al novedoso efecto como ‘respiro-calórico’ debido a su similitud con el proceso de respiración del cuerpo humano. El descubrimiento permitirá que los gases  de neveras o aires acondicionados, por lo general muy contaminantes, puedan ser sustituidos por este material más respetuoso con el medio ambiente. “Acabamos de empezar un proyecto que nos permitirá explotar comercialmente esta tecnología”,  apunta Bermúdez. l

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