A Coruña cuenta con algunas escaleras mecánicas, como la de Maestro Clavé o las de la plaza de San Agustín. También dispone de algunos ascensores, como el de Ramón Cabanillas o, más recientemente, Os Castros. Esta clase de dispositivos son cada vez más necesarios en una ciudad cuya población envejece a marchas forzadas, y los próximos en disfrutar de ellas serán los vecinos de Adelaida Muro, en Monte Alto, y la calle Pintor Villar Chao. En el primer caso, se construirá una escalera mecánica y en el segundo, un ascensor.
Esta mañana se celebrará la Junta de Gobierno local donde se aprobará el expediente para la contratación de las obras que los vecinos llevan esperando años. En el caso de Pintor Villar Chao, la Concejalía de Infraestructuras piensa invertir 433.124 euros. En el de Adelaida Muro, el presupuesto rebasa el millón de euros. En el caso de Monte Alto, se tardarán once meses en construir la escalera, mientras que el ascensor que comunicará Pintor Villar Chao con la avenida de Oza debería estar en un plazo de unos ocho meses.
Recientemente, la alcaldesa, Inés Rey, había señalado que el Gobierno local prefería apostar por los ascensores en vez de por las escaleras mecánicas, dado que estas últimas “no garantizan la accesibilidad universal”, sin contar los problemas de mantenimiento que presentan. En efecto, los transeúntes en silla de ruedas, por ejemplo, necesitan un ascensor para poder salvar estos desniveles. Pero los proyectos tienen que adaptarse a las particularidades del terreno, de ahí que sea necesario construir una escalera mecánica en Adelaida Muro, donde el ancho a salvar es demasiado para un ascensor.
Fue en 2014 cuando el PP comenzó una política de reformas urbanísticas pensadas para que los transeúntes con movilidad reducida que tenían dificultades para subir por escaleras convencionales pudieran salvar los desniveles de la ciudad, dentro del Plan de Accesibilidad. El entonces concejal de Urbanismo (hoy director del Puerto), Martín Fernández Prado, escogió como puntos a actuar Ramón Cabanillas (en su cruce con la avenida de Arteixo), la calle de Maestro Clavé, Capitán Troncoso y el de San Agustín.
Fue el de Ramón Cabanillas el primer elevador callejero en entrar en funcionamiento en marzo de 2015. Después, la Marea Atlántica impulsó el proyecto de Os Castros, que el Gobierno de Inés Rey materializó en noviembre del año pasado y que sirve para salvar el tramo más empinado de la avenida de la Concordia. Pronto se le añadirá el de Pintor Villar Chao.