Hasta el próximo 1 de septiembre, la Fundación Luis Seoane se viste con las creaciones dispares de Victoria Gil. La exposición ‘Victoria Gil. Coser el río’ reúne cerca de un centenar de las creaciones de Gil, comisariadas por Esther Regueira, a través de las cuales se pueden revisitar, no solo sus mensajes, sino su evolución artística y formal.

“Su práctica artística comienza en los años 80 en Sevilla”, apunta Regueira. “Es una de las primeras artistas en España con una práctica artística feminista desarrollada desde sus inicios”. La comisaria la conoció en los años 90, concretamente en el 92 en Sevilla, aunque más tarde también coincidirían en Nueva York. “Conozco la evolución de su trabajo, las relaciones afectivas que lo nutren, sus preocupaciones conceptuales...” comenta Regueira sobre las creaciones de Gil, que tiene “una obra muy compleja, muy dispar, con muchas técnicas y formatos”.

Sobre Gil, Regueira asegura que era una “extraordinaria dibujante y pintora” que “se puede permitir las licencias de hacer alguna gamberrada o disparate, porque controla mucho el oficio”. “Ahora se define como costurera”, apunta Regueira señalando hacia algunos de los ejemplos, con unos manteles en los que incorpora “discursos decoloniales”. No obstante, en la muestra se pueden ver “fotografía, dibujo, collage, fotocopias, textil, estampaciones sobre tela, tapicería...”.

“Ella ha trabajado mucho con los estereotipos, los clichés de las representaciones de la mujer en la publicidad; de alguna forma la ha cuestionado, la ha pervertido, la ha intervenido y le cambia el sentido a sus intervenciones”, asegura Regueira. Y lo hace en relación a una de las obras más destacadas, como es ‘Houdina’, una intervención sobre un cartel del icónico escapista Houdini. Ella lo transforma en una mujer “para denunciar el contenido sexista de la publicidad, pero también la tipificación de los géneros”. Para esta exposición, ha hecho una versión nueva de la obra, de los años 90, en la que Houdina tiene 22 años más, representando “ese posicionamiento de una mujer que no se permite ser atrapada, ni por las normas sociales, ni por las institucionales, ni por cuestión de género”. 

“Hoy en día, Gil sigue siendo relevante por la coherencia conceptual que ha tenido, por el desarrollo teórico, por la permanencia o por cómo recupera ahora las artes textiles”, enumera Esther Regueira sobre Victoria Gil.