Si el año pasado encontrar un piso de estudiantes en régimen de alquiler era complicado en la ciudad, la situación este verano ha sido todavía peor, con un mercado que prácticamente no ofreció opciones a los interesados. “Este año, no hemos tenido ningún piso de estudiantes para alquilar. Es la primera vez que nos pasa eso en toda la historia de la inmobiliaria, y llevamos más de tres décadas funcionando”, confirman desde Inmobiliaria Los Puentes.
“Los estudiantes ya no sueltan los pisos de un año para otro. Por lo menos, de los que gestionamos nosotros, ninguno lo ha dejado. Además, en muchos casos, aunque no vayan a seguir ellos, ya se lo ceden a otros estudiantes que conocen, por lo que esos pisos no llegan a estar en el mercado de alquiler”, añaden. Con estos condicionantes, la tarea de encontrar un piso este verano ha sido más complicada de lo habitual.
De hecho, desde Administraciones Finisterre, confirman el diagnóstico. “Ha sido el peor verano, el más difícil, sin duda”, corroboran. “Llevamos treinta años dedicándonos a esto y lo vivido el año pasado y, especialmente, este, no nos había pasado nunca. Tenemos claro que es debido a la irrupción de los pisos turísticos. No encontramos otra explicación. Los pisos no han desaparecido, así que, si no están en el mercado, es porque se dedican a otra cosa y todo apunta a esto. Cada vez hay menos posibilidades de alquilar”, indican al respecto.
A diferencia de la inmobiliaria Los Puentes, en Administraciones Finisterre sí han gestionado este verano algún alquiler de un piso de estudiantes, pero confirman igualmente la escasez de disponibilidad. “Hemos alquilado alguno, pero fue en el mes de junio y no estuvieron ni un día disponibles. A 30 de junio quedaron vacíos algunos pisos, y al día siguiente ya estaban alquilados a nuevos inquilinos. La gente que los quería casi no tuvo opción”, recalcan.
Además, cabe mencionar que los afortunados que han conseguido encontrar alguno de estos pisos tuvieron que asumir un aumento en el precio del alquiler. “Los precios han subido en torno a un 15 o un 20 por ciento con respecto al curso pasado. Si un piso costaba 500 euros el año pasado, este año cuesta por lo menos 600. Y hablamos de pisos de tres dormitorios en barrios periféricos. Si te vas al centro, ninguno cuesta menos de mil euros. Son precios desorbitados que la mayoría de estudiantes o sus familias no siempre pueden asumir”, añaden.
“Si a un joven le sale ahora la opción de venir a la ciudad y quiere encontrar un piso de estudiantes, lo tendría prácticamente imposible”, finalizan.