Justo cuando parecía que el Club del Mar de San Amaro y el Ayuntamiento caminaban en una misma dirección hacia la resolución del conflicto por los gastos de la piscina municipal interior, las declaraciones de la alcaldesa Inés Rey acerca de los problemas del complejo y las causas del agujero económico han dinamitado el buenrollismo existente. El comité de empresa de la entidad quiso salir al paso de las declaraciones en las que la regidora aseguraba que “la situación del Club del Mar no es responsabilidad del Ayuntamiento”.
Las palabras llegaron justo después de que los trabajadores del Club del Mar realizasen una llamada de socorro ante el ERTE (Expediente de Regulación de Empleo) planteado por el complejo deportivo y que afectaría “a 27 familias”.
Según José Adamor Rodríguez, presidente del comité de empresa, el mensaje fue malinterpretado en María Pita. “En ningún momento hemos pedido que se intervenga sobre una entidad privada, pero el Ayuntamiento tiene una responsabilidad sobre la piscina y los trabajadores”, advierte. “La paciencia tiene un precio, y creemos que 150.000 euros es bastante paciencia”, añade, en referencia a la deuda reclamada.
A pesar de que la piscina interior municipal ofrece servicios y cursos del Ayuntamiento, todos los trabajadores de la entidad son contratados de forma privada por la misma, incluidos los tres al frente de las escuelas deportivas. Para Adamor, la ecuación a corto y medio plazo resulta insostenible. “Si sumamos la factura de 8.000 euros al mes a la caída de socios y usuarios durante la pandemia al final somos los perjudicados por un tercero que es el Ayuntamiento”, denuncia. “No nos vamos a quedar quietos, porque no tenemos culpa o responsabilidad ninguna de la situación y, cuando hablan de la gestión privada nos incluye a los trabajadores, por eso nos molesta”, agrega.
La última vez que los representantes del Club del Mar y María Pita se vieron las caras fue sin cita previa, en el palacio municipal y después de que patronal y sindicatos se presentasen de la mano y sin previo aviso.
Entonces, lograron por reunirse con Gonzalo Castro, jefe del área de alcaldía. “Tenemos nuestras discrepancias con las juntas directivas, pero siempre hemos negociado y llegado a acuerdos. En este caso los dos somos implicados y afectados por un tercero, que es el Ayuntamiento”, denuncia el presidente del comité. “Estamos poniendo todo de nuestra parte, y no depende de uno ni de otro, sino de un tercero”, finaliza la voz de los empleados.