Son muchos los adjetivos con los que los españoles pueden referirse a la noche del 14 de julio. Entre ellos, los que dan nombre restaurantes nacidos de la creatividad de Álvaro Victoriano (Peculiar, Intenso o Charlatán) se ajustan a la perfección tanto a la jornada del domingo como a la personalidad del chef madrileño: vivió a pie de césped en el Olímpico de Berlín la celebración de la cuarta Eurocopa de La Roja, invitado por su primo Pablo Amo, segundo de Luis de la Fuente y durante cuatro años central del Depor. "Puedes nacer muchas vidas más y no vivir una experiencia semejante: ir a una final de Eurocopa con mi primo, que es como mi hermano, como segundo entrenador, es algo difícil hasta de soñar", confiesa el también presidente de Coruña Cocina.
Acostumbrado a ofrecer experiencias únicas para los sentidos, Álvaro fue esta vez el protagonista de un viaje de película, casi una experiencia a la carta del aficionado más romántico. En el avión, fletado por la Real Federación Española de Fútbol, viajaban mitos como Emilio Butragueño, Gerard Piqué o Andrés Iniesta, además del presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas. "Poco a poco empiezo a asimilar que estoy aquí", explica el empresario hostelero, que reivindica la parte del pastel que le corresponde a su primo. "Hay mucho trabajo por su parte ahí detrás, aunque ganar un torneo de la forma que lo ha hecho España implica méritos muy repartidos para todo el mundo", reconoce. También la fiesta posterior, en el hotel de concentración, se quedará para siempre en una postal única e irrepetible.
La aportación de Pablo Amo al Depor primero y a La Roja después es una cuestión pública. Sin embargo, el granito de arena que el asturiano ha dejado en la hostelería de la ciudad es una de esas afortunadas casualidades de la vida de la que todas las partes han sacado provecho. Y es que él fue el principal artífice del 'fichaje' de su primo Álvaro, en su campo también una joven promesa. “Yo estoy aquí por Pablo Amo. Estaba trabajando con Ferrán Adriá en Madrid y quería un cambio de aires, así que surgió la opción de venirme gracias a él”, recuerda el ahora máximo representante de Coruña Cocina.
Aunque todavía en diferentes escalas, los dos primos empiezan a comerse el mundo y el anhelo del chef es reencontrarse en A Coruña en un tiempo no demasiado lejano. “Pablo acabará viviendo aquí, siempre que vuelve nos cuidamos mutuamente”, matiza sobre la comida de campeones que el exfutbolista tiene pendiente en uno de los establecimientos del grupo Peculiar.