“Es lo peor que me he encontrado”, confiesa Francisco Fernández, CEO de Desocupa24horas, y eso que su empresa trabaja en toda España a través de doce delegaciones. Esta misma semana, sus empleados han conseguido recuperar un piso de manos de un inquilino moroso, en una calle de Los Rosales. Pero, cuando entraron a la vivienda, la encontraron literalmente llena de basura. El moroso parecía sufrir el síndrome de Diógenes.
Era difícil moverse por el piso, porque prácticamente todas las habitaciones, menos el recibidor, estaban llenas de basura. Latas, restos de comida, botellas, colillas... Estiman que puede haber 800 kilos de desperdicios. “Hay cucarachas y otros bichos por todas partes”, comenta Fernández, sorprendido a pesar de toda su experiencia en el campo de la mediación inmobiliaria, dado que lleva trabajando en el sector desde 2017. “Cuando le visitamos, no olía nada, ni había ninguna señal”, explica.
El hombre, de unos 50 años de edad, parecía vivir una vida normal. Tenía trabajo y nómina, y nada en su aspecto era desaseado. Simplemente, decidió no pagar el alquiler, y acabó debiendo 12.000 euros a su casero que, desesperado, contrató a Desocupa24horas. Fueron necesarias varias visitas de los mediadores para convencerle de que debía abandonar el piso.
“Últimamente, nos encontramos casos parecidos”, apunta Fernández. En lo que va de año, han recuperado otra vivienda similar en Camariñas en la misma situación, otra en la zona de Carballo, otra en Paiosaco, otra en Laracha y dos en A Coruña, además de la de Los Rosales. “Me estoy encontrando con situaciones de pisos complicadas y todavía no sabemos si se trata de una simple racha o si estamos ante un nuevo fenómeno”, apunta el responsable de la empresa, que manifiesta que no es lo mismo un okupa que un “inquiokupa”, como se denomina a los inquilinos morosos de larga duración. Mientras que los primeros suelen dejar mucha basura (no hay más que recordar el caso del 120 de la ronda de Nelle, que obligó a intervenir al Ayuntamiento para limpiar de oficio), los segundos suelen entregar el piso en mejores condiciones. Hasta ahora.
Ante este panorama, ha decido adaptarse. Ahora Desocupa24 horas ofrece también un servicio de limpieza profesional para desinfectarlo todo. “Hay cucarachas y otros bichitos”, apunta Fernández, que explica que el personal tiene que desinfectar y que para ello necesitarán un permiso municipal de manera que, de momento, persiste en el piso de Los Rosales esta enorme cantidad de desperdicios de la que los vecinos de la comunidad son ignorantes.
En estos casos, el dueño del piso tiene que pagar un complemento por el servicio de limpieza, pero le queda el consuelo de que ha recuperado su propiedad. En cuanto al dinero que le adeudan, la empresa también ha presentado una demanda de reclamación de cantidades, algo que también es habitual en este tipo de procesos. Si el sujeto tiene recursos, como una nómina, se la embargarán hasta que salde la cuenta pendiente. La pregunta es si el propietario volverá a poner el piso en el exiguo mercado de alquiler coruñés.