La Policía Local lleva nueve años con el programa de Policía Tutor, seis agentes especialmente formados que ayudan a los adolescentes en un momento complicado, en el que pueden mostrar conductas problemáticas. Tanto su responsable directo, José María Lago, como el jefe de este, el inspector principal, Ángel Merelas, consideran que esta figura ya está establecido en la ciudad y reciben a menudo peticiones de padres, profesores, Servicios Sociales y de los mismos menores.
¿Qué diferencia hay con los chicos respecto a otras épocas?
José María Lago: Hay una diferencia sustancial y es el uso de las redes sociales. Se puede generar un conflicto de la nada.
También se graban pegándose.
JML: Lo que mueve a los chavales es que le den ‘likes’. Nadie quiere intermediar para separar. Primero grabamos y luego lo subimos.
Ángel Merelas: Las redes sociales también influyen en el movimiento de la gente. Puedes quedar en cualquier punto y te avisan ‘aquí hay esto’ . Se mueven de aquí para allá. Cuando montas un control, se avisan entre ellos. Hay que contar con eso.
¿Es parte de su trabajo concienciarles sobre el buen uso de las redes sociales?
JML: Impartimos charlas en los colegios con varias temáticas. Entre ellas, el uso de las nuevas tecnologías, pero también sustancias estupefacientes y de igualdad y violencia de género.
¿Cuál es la respuesta?
JML: En general bueno. A veces se sorprenden de que determinados comportamientos que exhiben habitualmente porque consideran normal puede ser constitutivo de un ilícito penal. Amenazas, acoso, subir publicaciones sobre otro. Normalmente, el pardillín de la clase.
De eso siempre hubo.
JML: Sí, pero coincido con el inspector principal que ahora todo se sobredimensiona. Cualquier cosa es motivo de alarma, aunque no dejaría de ser anecdótico.
¿Cómo trabaja el Agente Tutor?
AM: Desde el principio han venido a ocupar el espacio de trabajar a los menores cuando están al principio de la adolescencia. A nivel orientación, de aclarar una situación que para un chaval puede ser un momento de confusión. Ahí están haciendo un gran trabajo. Y ellos les piden ayuda o consejo. Ese trabajo previo a una edad más complicada luego redunda en que no se desvíen.
¿Conocen a todos los chicos problemáticos de A Coruña?
AM: A la mayoría de los que actúan en las plazas ya los conocemos porque en años anteriores hemos interactuado con ellos. Por lo que sea, no han salido del entorno en el que estaban o se han ido metiendo cada vez más en él. Pero son casi todos conocidos y eso nos permite saber qué perfil estamos abordando.
¿Cómo se ganan su confianza?
JML: Solemos ir de paisano porque no llevar uniforme facilita el acercamiento. Vamos a escucharle y ayudarle, sin omitir que somos policías.
Pero ¿Qué puede hacer un policía que no puede hacer un profesor?
AM: A veces el profesor quiere introducir otra figura, de más autoridad, le advertimos de las consecuencias. Y salen convencidos en un alto porcentaje. JML: Los policías están muy implicados. Saben atender el acoso, los problemas de violencia de género en primeras relaciones, los primeros consumos de sustancias, el maltrato. AM: Es mejor cuando están en el primer escalón y aún se puede hacer un trabajo. Pero peleamos igual por el que está empezando que por el que lleva tiempo.