El Instituto Fernando Wirtz, ubicado en la calle Caballeros, sufrió a principios de mes un peculiar robo: un sujeto se coló en su interior y fingió ser un inspector de obras para poder robar en una de las aulas. La dirección del centro ya lo ha puesto en conocimiento de la autoridades. El suceso tuvo lugar en torno al Día de San Valentín, según informa el director del centro, Rafael Menéndez, y el colegio Concepción Arenal también sufrió un intento de robo por este mismo individuo.
Conviene recordar que el Fernando Wirtz lleva meses en obras, con su fachada cubierta por andamios. La Xunta invirtió 600.000 euros en su rehabilitación, que incluyó la sustitución de la cubierta actual por paneles sándwich y refuerzos de la estructura metálica existente. Además, también se afectó al interior acceso a los baños en la entreplanta que da a la fachada posterior y se cambiaron los colectores por unos nuevos de PVC.
El ladrón se coló en una de las aulas y se llevó una cartera y un teléfono móvil de la mochila de un alumno
Esto significa que tanto el personal docente como los alumnos del Wirtz se han acostumbrado a ver obreros por todas partes durante los últimos meses. Por eso nadie sospechó cuando un individuo, al que nadie conocía, entró en el centro y aseguró ser un inspector de obras que venía a examinar cómo habían quedado los trabajos. Aprovechando que no había nadie en ese momento, se coló en una de las clases vacías y rebuscó entre las pertenencias de los alumnos hasta encontrar un teléfono móvil y una cartera en una mochila, que se llevó consigo, sin que nadie se enterara hasta tiempo después. Solo cuando preguntaron y descubrieron que nadie había enviado a un inspector de obras, descubrieron lo que había ocurrido.
Concepción Arenal
También sospechan que el mismo individuo se dirigió después al CEIP Concepción Arenal, que se encuentra justo al lado, presumiblemente también para robar. Pero, al tratarse de un colegio, y no un instituto, lo encontró cerrado a esa hora y no pudo colarse en el interior.
No es la primera vez que roban en un centro educativo coruñés, ni mucho menos, aunque hay que señalar que la mayor parte de las veces los robos se realizan de noche, cuando pueden llevarse sin que nadie los vea los equipos informáticos y otros objetos valiosos que albergan. Un caso especialmente llamativo tuvo lugar en 2016, cuando sorprendieron a cuatro jóvenes, de edades comprendidas entre los 19 y 20 años, llevándose altavoces y un ordenador portátil. Un año después, en el CEIP Sanjurjo de Carricarte, llegaron a llevarse, además de los ordenadores, los peces que eran las mascotas de una clase, de forma inexplicable.