Las jaulas instaladas en A Coruña para dar caza a la familia de jabalíes que deambula por la ciudad todavía no han surtido efecto. Sin ir más lejos, los animales fueron vistos en varias ocasiones en la noche del martes, cuando se pasearon por la Ciudad Vieja, La Solana y la plaza de Escultor Mon Vasco. Tras la firma del convenio entre la Xunta y el Ayuntamiento para controlar a la población de jabalíes, la semana pasada comenzó la instalación de las trampas en seis ubicaciones de la urbe donde estos cerdos salvajes tienen sus encames.
Una semana después, los jabalíes no muerden el anzuelo y parecen ignorar las jaulas. Solo toca esperar a que el protocolo dé sus frutos. “Las jaulas están colocadas en los encames y esperemos que dé resultado. El acuerdo con la Xunta está en marcha y hay que esperar a que el jabalí entre en la jaula”, explicó este miércoles la alcaldesa, Inés Rey. Para que esto ocurra, por lo tanto, no existe un plazo fijo y todo depende de los animales que, de momento, parecen resistirse a la tentación.
El convenio firmado establece que el Gobierno gallego se encarga de la instalación, cebado, revisión y seguimiento de las jaulas trampa. Además, la Xunta se hace cargo de las autorizaciones de esperas con arco y de hacer constar la cooperación con el Ayuntamiento en todos los anuncios y documentos que se elaboren relacionados con las actividades de este acuerdo.
El Gobierno municipal, por su parte, colabora con Medio Ambiente para determinar las localizaciones de las jaulas trampa y en las medidas de control mediante la caza con arco u otras medidas de captura que recoja la normativa. El Consistorio tiene la obligación, a su vez, de sacrificar a los animales, así como la posterior gestión de sus cadáveres. También debe ejecutar acciones encaminadas a reducir las condiciones de refugio que ofrece el hábitat para el jabalí en los terrenos de competencia local. “No son aptos para el consumo. Es una cuestión de salud pública. No hay trazabilidad de la alimentación de estos jabalíes y no se pueden hacer jornadas del jabalí ni degustaciones gastronómicas”, bromeó la regidora.
El Ayuntamiento no ha dado a conocer dónde se encuentran colocadas las jaulas para evitar que exista la tentación de acercarse a ellas. “Vamos a dejarlos tranquilos para no ponerlos nerviosos y que no hagan otros encames”, añadió la alcaldesa, que concluyó sus declaraciones asegurando que “el día que se metan en la jaula, la cerramos y ya se acabaron las excursiones”.
Después del temporal, volvieron las incursiones. Los animales se pasearon el martes por O Parrote, llegando incluso a visitar las inmediaciones del hotel Finisterre y los terrenos de La Solana. La zona no era nueva para ellos, ya que hace semanas visitaron la plaza de María Pita o la de Azcárraga. También fueron grabados en Elviña.
Con el objetivo de realizar el desarrollo, seguimiento y evaluación de los resultados de la medida acordada entre la Administración autonómica y local, además de la interpretación y cumplimiento del presente acuerdo, las partes firmantes constituirán una comisión de seguimiento, que estará integrada por dos representantes de Medio Ambiente y otros dos del Ayuntamiento de A Coruña. Con la firma de este protocolo de actuación se puso fin a más de dos meses de constantes tira y afloja entre las administraciones.
Las incursiones de los jabalíes pasaron a ser diarias y visitaron desde el parking de Os Mallos hasta Alfonso Molina, el monte de San Pedro, parque de Oza, Eirís, Os Castros, Adormideras, Los Rosales, Vioño, O Castrillón, San Andrés e incluso la mismísima plaza de María Pita y la Autoridad Portuaria. En realidad, lo más probable es que no quede lugar que no hayan recorrido durante este tiempo.