Gran afluencia a los cementerios en un festivo de Todos los Santos pospandemia

Gran afluencia a los cementerios en un festivo de Todos los Santos pospandemia
Afluencia en el cementerio de San Amaro hoy por la mañana | Quintana

Numerosos coruñeses quisieron rendir homenaje a sus seres queridos en el festivo de Todos los Santos. La de hoy fue una jornada de gran afluencia a los cementerios, tal como se hizo notar en el tráfico alrededor de los mismos y en el colorido de las flores que las familias colocaron con cariño en las lápidas de sus allegados. En cementerios como el de San Amaro se notó una gran afluencia desde bien temprano. Personas de todas las edades, solas o acompañadas, se acercaron hasta el camposanto.


Y es que cada uno de los coruñeses que llevó flores a los cementerios tiene una historia diferente y un motivo para hacerlo, pero en días como el de hoy el dolor es compartido, en un festivo que es de todos. Claveles, rosas o crisantemos lucen desde hace días en los nichos, ya que el 1 de noviembre es un día en el que el recuerdo, el que está presente todos los días, se hace visible.


En el cementerio de San Amaro uno de los picos de afluencia se produjo alrededor de las doce del mediodía, momento en el que los coches que buscaban aparcamiento cerca del camposanto coincidieron a las puertas del mismo. Ante la previsión de aglomeraciones coincidiendo con la festividad, la Policía Local se encargó de regular el tráfico, evitando así embotellamientos y mayores complicaciones. Con este objetivo se reforzaron también las líneas de transporte urbano, que dieron servicio a los cementerios de San Pedro de Visma, San Amaro, Oza y San Cristóbal das Viñas. Se reforzó la línea 3 con una frecuencia combinada con la línea 3-A.
 

Las líneas número 23 y la 23-A contaron con dos autobuses más. Además, la línea 11 contó asimismo con dos autobuses adicionales durante toda la jornada. El cementerio de San Cristóbal das Viñas estuvo comunicado por medio de las líneas 5, 12-A y 22.


Por su parte, para desplazarse al cementerio de Oza los usuarios pudieron servirse de los buses 1, 12-A y 14. Otras líneas que dieron servicio para  acudir a los camposantos fueron la 6, 6-A, 7 y 17, a fin de incentivar el transporte público.


En cuanto al transporte metropolitano, en algunos casos sucedió lo contrario. En Sada, por ejemplo, las conexiones se redujeron en el festivo, de modo que en la jornada de hoy no estaban disponibles los buses que habitualmente conectan el centro de la localidad con A Coruña.


Algunas personas fueron previsoras y acudieron al cementerio en días anteriores para colocar las flores, como se pudo observar ya desde el pasado fin de semana. No obstante, muchos prefirieron acudir el propio día festivo, aprovechando así el no tener que acudir a trabajar. Prueba de ello fueron las colas que se pudieron observar durante toda la mañana en algunas floristerías, como la ubicada en las proximidades de San Amaro.

 

Asimismo, la de Todos los Santos es tradicionalmente una jornada en la que las familias aprovechan para reunirse para comer, antes o después de acudir a los cementerios. La de hoy fue ya una jornada festiva como las que se recordaban antes de la pandemia. Esto ha incentivado la afluencia y ha posibilitado las reuniones, además de dinamizar la actividad en las floristerías.


También tuvo lugar en el cementerio de San Amaro la tradicional ofrenda floral de la corporación municipal. La coral Follas Novas, como cada año, no quiso perderse este acto, imprescindible ya en el día de Todos los Santos. Preparó dos temas, ‘Signore delle cime’ y ‘A Rosalía’. Su presidente, Fernando Sandino, declaró que colaboran con este evento desde hace muchos años. Añadió que se trata de un día especial ya que aprovechan la ocasión para homenajear a aquellos miembros de la coral que ya no pueden estar con ellos, señalando que últimamente han sido muchos, bien a causa de la pandemia, bien a causa de su avanzada edad.


Los cementerios, que ampliaron su horario de apertura en una hora, teniendo su cierre a las 19.00 horas, recibieron a los coruñeses durante toda la jornada. Algunos de ellos presentaron este año algunas mejoras. En San Amaro se han realizado recientemente reformas de acondicionamiento para habilitar la antigua sala de autopsias como nueva sede de la conserjería, así como tareas de mantenimiento y limpieza, especialmente en las zonas ajardinadas. Por otro lado, en el cementerio de Feáns la zona del tanatorio ha sido dotada de más luminosidad. Se procedió al pintado en tonos más claros y también fue renovado el sistema de iluminación.


Mientras tanto, lejos de los cementerios, en el centro de la ciudad todavía se apreciaba la huella que dejó Halloween el lunes. En las cafeterías, los más pequeños lucían aún sus disfraces en la mañana de este martes festivo. Todo un recordatorio de que la vida siempre se abre paso: unos se van y otros llegan con la ilusión de vivir sus primeros festejos, devolviendo en algunos casos la esperanza a quienes otrora sufrieron una pérdida familiar.

 

 

La corporación municipal tuvo presente a Picasso en la tradicional ofrenda floral

 

La tradicional ofrenda floral que tiene lugar cada año a los pies de la Cruz de los Olvidados en el cementerio de San Amaro, tuvo hoy un recuerdo especial para la figura de Pablo Ruiz Picasso. El año que viene se cumplen cincuenta años de su fallecimiento. La alcaldesa Inés Rey presidió el acto institucional, en el que participaron distintos miembros de la corporación municipal. 


Señaló que en el citado camposanto descansan Isidoro Brocos, profesor de Picasso en la Escuela de Bellas Artes de A Coruña, y Gumersindo Pardo Reguera, farmacéutico y pintor, padre del mejor amigo y compañero de Picasso en A Coruña, Antonio. También Conchita Ruiz Picasso, hermana del pintor, fallecida a la edad de siete años. La regidora quiso tener un recuerdo con Ramón Pérez Costales, mecenas y amigo, y Román Navarro, también profesor de Picasso en la Escuela de Bellas Artes.


También al papel de los profesores en la configuración de una sociedad mejor se refirió Inés Rey, recordando a María Barbeito. Estuvieron presentes la directora del Eusebio da Guarda, Isabel Ruso, e Ignacio Pardo, descendiente de Gumersindo Pardo Reguera.

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