El paso de la juventud sin obligaciones a la madurez y la responsabilidad paternal pueden ilustrarlo más de una decena de padres con la curiosa instantánea previa a la apertura de matriculas en los centros infantiles. Y es que una de ellas, la Escuela Infantil Carmen Cervigón, parece haberse llevado la palma en las preferencias de aquellos que por primera vez mandarán a sus hijos a un centro escolar, hasta el punto de provocar una cola similar a la que genera en fenómeno fan para muchos conciertos: sillas, abrigos, sacos de dormir y paciente tertulia al 'abrigo' de la determinación de un futuro mejor para los suyos. 

Situado a la altura del 325 de la ronda de Outeiro y emplazada dentro del complejo de la residencia Padre Rubinos, el centro parece haber corrido la pólvora la voz de las buenas experiencias de los que han pasado por allí. Entre orgullosa y sorprendida, la presidencia de la Real Institución Benéfico Social Padre Rubinos emitió un comunicado tras haber agotado su cupo de inscripciones a las 11.00 horas. “Se ha llevado a cabo el proceso de matriculación de nuestra escuela Infantil, conveniada con la Consellería de Política Social de la Xunta, correspondiente al curso 2024/2025, habiéndose convocado un total de 34 plazas y quedando cubiertas en su totalidad a las once de la mañana”, indicaba. “Quedan en lista de espera 7 bebés, 18 de 1 a 12 años y cinco de 2 a 3 años, lista que a pesar de lo dicho irá creciendo. Esto supone un gran reconocimiento a la labor de una escuela infantil que, a pesar de su gran demanda y su total ocupación, los padres siguen solicitando todo el año a pesar de las escasas posibilidades de éxito”, añade. 

Por otra parte, entre las razones que aduce la dirección se encuentran “la metodología en la dinámica educativa y las actividades realizadas, que enriquecen la socialización y la educación libre y abierta en el respeto a los valores y principios éticos y constitucionales”.