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martes | 19 noviembre | 2024
El periódico del 15 de agosto de 1997 destacaba dos noticias del Deportivo: Por un lado, la victoria en el Teresa Herrera, su sexto título y el primero con la Torre de Hércules y, por otro, la declaración de guerra del Barça con el fichaje de Rivaldo.
El "Internacional Dance Club Waterloop 97" inundó el Coliseo, hasta altas horas de la madrugada, con 25.000 watios de sonido y luces, convirtiendo el recinto en una macrodiscoteca a la que los jóvenes fueron llegando a medida que avanzaba la noche. Waterloop, que se anunciaba como una noche de la era digital, quiso mostrar a los presentes que las máquinas pueden llegar a tener rostro humano y sonreír. El festival comenzó con la actuación del discjockey local Lorenzo, al que siguió el conocido en los clubes de la zona norte Carlos Parga.
El Fútbol Club Barcelona descargó ayer todo su poderío económico sobre el Deportivo y le arrebató de un plumazo a Vitor Rivaldo Barbo Ferreira. El club que preside José Luis Núñez volvió a demostrar que el famoso "pacto de caballeros" firmado en la Liga de Fútbol Profesional por el cual ningún equipo negociaría con un jugador con contrato en vigor sin comunicárselo antes a su club de origen es papel mojado. Pero la definitiva acción de la entidad catalana sobre Rivaldo no es nueva. Pocos meses antes de finalizar la pasada temporada, El Ideal Gallego adelantó que Joan Gaspart había tentado al centrocampista deportivista. Era un claro aviso de que los técnicos azulgrana deseaban tener en su equipo al jugador brasileño. El Deportivo, en esos momentos, no se tomó en serio las intenciones pero ayer, a primera hora de la tarde, saltó la noticia. Rivaldo llevaba negociando con el Barcelona desde el pasado veinte de julio, poco antes de comenzar la concentración del equipo coruñés en Vilalba. Augusto César Lendoiro reconocía ayer públicamente que el jugador le había anunciado el 24 de julio que contaba con ofertas que alcanzaban a pagar la cláusula de rescisión aunque su intención era seguir en La Coruña. El brasileño comunicó ayer al Deportivo su decisión de abandonar el club.
La Torre de Hércules, símbolo de La Coruña y del Trofeo Teresa Herrera, se le resistió al Deportivo casi hasta el imposible. El equipo coruñés había encarrilado perfectamente el encuentro con dos tantos de Luizao que permitían pensar que se iba a quedar en casa pero dos tantos del PSV Eindhoven en los últimos cinco minutos obligaron a lanzar los pertinentes penaltis tras el 2-2. El portero portugués Nuno, que encajó los dos goles holandeses, detuvo el lanzamiento decisivo que inclinó el torneo para el equipo coruñés. Djalminha fue, con diferencia, el mejor jugador del torneo.
