El periódico del 10 de marzo de 1997 destacaba como temas principales la victoria del Deportivo, que se "agarra" a la Liga, y la festividad de los Bomberos, que llenaron de espuma el centro de la ciudad.
"Mamá, yo de mayor quiero ser bombero", suplicaba uno de los centenares de infantes que pudo ver de cerca a los bomberos, héroes de carne y hueso que ayer regalaron a los coruñeses un sepectáculo singular. Sucedió en el Relleno, delante del Kiosko Alfonso. A las doce del mediodía llegaban a lomos del "Bronto", un brazo articulado que se eleva a 42 metros de altura; un furgón de servicios varios y un camión nodriza, quince efectivos de este Cuerpo. El espectáculo surgió de inmediato: el brazo se elevó, ante la mirada entre fascinada e incrédula de los pequeños, y comenzó un festival de espuma.
Ganar ya es un hábito. Golear, una buena costumbre. El Deportivo convierte en rutina lo que antes era una anhelada excepción. Ayer le tocó el turno al Oviedo. El Deportivo rescató de la mediocridad la capacidad goleadora de Renaldo para enriquecer su catálogo de recursos y aniquilar a un rival que se reveló pegajoso en la primera mitad y que naufragó víctima de su desesperanza en el transcurso del partido. La clave fue el lado salvaje de Renaldo, que destapó su esencia y anotó dos de los tres goles.
Desde que los campos de fútbol dejaron de ser tales y se convirtieron en estadios, con sus correspondientes pistas de atletismo, la figura del "recogepelotas" se ha convertido en un elemento indispensable. Son jóvenes, la mayoría forofos de su equipo, con ilusión y muchos soñadores de un futuro en el que dejen la banda y se adentren en el terreno de juego para ser estrellas del balompié. Este grupo de entusiastas está formado por trece chicos y tres chicas. Su responsable, José Manuel López, afirma que "no cobran ni un duro y ni les dan un refresco".
Medio millar de personas se dieron cita ayer en el parque José Martí de Santa Cristina para participar en el homenaje que el Ayuntamiento de Oleiros dedicó al político y abogado coruñés Rafael Bárez, fallecido el pasado mes de mayo de 1996. El acto, en el que se inauguró un busto de Bárez realizado por el escultor Manuel Ferreiro, contó con la presencia de la alcaldesa de Oleiros, Esther Pita; la viuda del homenajeado, Toya Fernández; el escritor Manuel Rivas, premio nacional de literatura, y el exregidor oleirense Ángel García Seoane.