Herido grave un hombre apuñalado en una calle de O Ventorrillo

Herido grave un hombre apuñalado en una calle de O Ventorrillo
Un agente busca el arma en el lugar del crimen

La Policía Nacional continúa con la investigación del apuñalamiento en una calle de O Ventorrillo el domingo pasado. La agresión dejó a un joven herido grave, que todavía permanece ingresado en la UCI del Chuac con pronóstico reservado. Pero los investigadores se han encontrado con un obstáculo inesperado: la víctima no quiere colaborar con ellos para resolver el caso. En realidad, no es tan sorprendente, porque las autoridades ya sospechaban que conoce a sus agresores y no quiere delatarlos. 


El suceso tuvo lugar en el cruce de la calle de Monasterio de Bergondo con la calle de Antonio Pedreira. Allí, en las escaleras del centro social Noboandanza, se había instalado un grupo de jóvenes (unos cuatro o cinco) que se habían pasado toda la tarde bebiendo cerveza, según comentaron los testigos. Ya eran las nueve de la noche, aproximadamente, cuando estalló la discusión. 
 

Uno de ellos sacó una navaja y apuñaló a otro en el torso: dos cuchilladas profundas, según confirman fuentes policiales. El agredido huyó. Sin embargo, no fue muy lejos: apenas cincuenta metros después, se desplomó a consecuencia de sus heridas, en el cruce de la ronda de Outeiro con Monasterio de Bergondo. Hasta allí se desplazó una ambulancia del 061 que atendió al herido, de poco más de veinte años y origen nicaragüense, y le trasladó al Chuac. “Estaba todo cubierto de sangre”, comentaba un testigo.
 

La búsqueda del arma 

Primero llegaron varias patrullas de la Policía Nacional, que acordonaron tanto el lugar del apuñalamiento como el punto donde cayó la víctima. Poco después, hizo acto de presencia la Policía Científica, que recogió varias muestras y fotografías del lugar de los hechos. Mientras tanto, los policías uniformados buscaron debajo de los coches estacionados y en las papeleras que rodean el centro social Noboandanza, tratando de hallar el arma del crimen, sin suerte, aparentemente.
 

Fuentes policiales consultadas reconocen que la negativa del acuchillado a colaborar supone un obstáculo para la investigación. Sin embargo, ocurre más a menudo de lo que se podría pensar porque las agresiones suelen tener lugar entre conocidos que se mueven en los mismos ambientes, sobre todo aquellos marginales, existe una especie de pacto de silencio, aunque no es irrompible. “A veces luego cambien de opinión y nos llaman”, comentan las mismas fuentes. 
 

En abril 

El último caso de un herido grave por arma blanca había tenido lugar el seis de abril. La Policía Nacional detuvo entonces a un hombre, conocido traficante, por clavar una navaja en la pierna a un joven en la rotonda de Os Castros tras una discusión de madrugada. 
 

Igual que en O Ventorrillo, la víctima caminó durante varios metros desangrándose hasta caer al suelo, donde le encontraron los servicios de emergencia cuando acudieron a asistirle . El rastro de sangre se podía seguir durante cuarenta metros. 
 

Según las evidencias, el apuñalamiento habría tenido lugar en la avenida de Oza, a la altura de su número 166. Desde allí, fue caminando a través de un paso de cebra y acabó cayendo en el centro de la glorieta, donde lo encontraron. Los agentes localizaron rápidamente al sujeto, que vivía en la zona y fue detenido. Lamentablemente, en el caso de O Ventorrillo, la actuación no puede ser tan rápida. 

 

 

Herido grave un hombre apuñalado en una calle de O Ventorrillo

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