A pesar de que la idea era iniciar la actuación el pasado 3 de octubre, la reforma de la calle de Emilia Pardo Bazán llevará más tiempo de lo esperado. Y es que los hosteleros, que en principio habían visto con buenos ojos el proyecto presentado por Urbanismo, hicieron llegar esta semana una serie de alegaciones al plan inicial. En esto caso, según fuentes consultadas, se trata de una fórmula consensuada y aceptada de forma unánime por el sector.
Las discrepancias con el proyecto del Ayuntamiento pasan básicamente por la disposición de las terrazas y las zonas de tránsito. La propuesta de Urbanismo dejaba un camino de dos metros entre la fachada y la terraza, algo que a juicio de la hostelería dificulta el trabajo de los profesionales y puede resultar un quebradero de cabeza a horas de alta intensidad. Así, en las alegaciones presentadas, que incluyen una nueva medición de la calle a cargo de un estudio de arquitectura, se propone como alternativa que la zona interior y exterior de los locales estén pegadas. “Que haya un hueco para caminar, pero no pegada a la fachada”, dicen fuentes de la zona. Además, también se matiza la elección de los árboles y se apuntan sugerencias de cambios en el mobiliario urbano. En este último caso se trata de facilitar el nacimiento de posibles nuevos locales de hostelería en alguno de los edificios en rehabilitación.
Tampoco convence a la representantes de la calle de Emilio Pardo Bazán el concepto de terrazas unificadas al estilo de las de Rosalía de Castro. “Se trata de modificaciones bastante caras y el coste tendríamos que pagarlo nosotros”, apuntan desde la hostelería. “Además, el arquitecto nos advirtió de que daría lugar a una visión de tubo que no es demasiado estética”, añaden.
De acuerdo con el bulevar
A pesar de que son varios los matices del escrito de alegaciones, el grueso del proyecto y la idea son recibidos de forma positiva por los hosteleros de la zona, con concuerdan en la necesidad de convertir la calle en bulevar. En la práctica, conllevará la desaparición de las aceras para mantener un mismo nivel de suelo y, a pesar de que no será peatonal, el tránsito rodado quedará reducido a entrada y salida de garajes. Por lo tanto, la zona por la que actualmente circulan los vehículos será en la práctica un gran espacio para los peatones.
Una vez escuchado al sector económico de la zona, así como a los vecinos, el próximo paso del Ayuntamiento será, casi con toda seguridad, incorporar la visión de éstos a un proyecto que debería empezar a tomar forma a corto plazo, como ya estaba previsto antes de las alegaciones. l