Las negociaciones presupuestarias entre el BNG y el PSOE continúan en completo secretismo. Por el momento, se han reunido en dos ocasiones, sin que haya trascendido qué  acuerdos se han alcanzado. Sí se sabe que uno de los puntos a tratar es el incremento de la partida al Instituto Municipal Coruña Espectáculos (IMCE). Este organismo contrata y gestiona una gran parte de la oferta cultural de la ciudad, y cada año se queda sin fondos, obligando a modificar las cuentas para proporcionarle una inyección económica. Para evitar que esto vuelva a suceder en 2024, sería necesario aumentar la partida destinada al IMCE un 40%. 

Precisamente ayer el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) publicó el último modificado de las cuentas que se aprobó en el pleno de siete de septiembre. En él se transfería 545.000 euros de otras partidas al presupuesto del instituto, que pasaba a tener así 8,8 millones de euros. No era la primera vez que tenía que tomar este medida y, de hecho, fuentes municipales señalan que en los últimos diez años, se ha convertido en una práctica habitual modificar el presupuesto. 

El año pasado, por ejemplo, el presupuesto del IMCE se fue elevando hasta los 9,18 millones de euros, para hacer frente a unas obligaciones que rondaban esa cifra (9,10). A 31 de diciembre todavía adeudaba 1,18 millones de euros. Las previsiones presupuestarias iniciales en 2022 eran de 6,7 millones de euros, y dado que los presupuestos fueron prorrogados, esa es la misma cantidad que se destinó a 2023.

Hay que tener en cuenta que el IMCE no solo se encarga de los grandes eventos culturales de la ciudad, sobre todo los conciertos que atraen a miles de personas cada daño, sino también de la programación que oferta el Coliseum o el teatro Rosalía, por poner solo dos ejemplos. Por eso, a diferencia de las inversiones reales, que normalmente se quedan sin ejecutar en gran parte, el IMCE siempre agota sus fondos. 
 

Fomento de la ciudad 

Gonzalo Castro puso este problema sobre la mesa en el pleno donde se aprobó el modificado. Es el tercer teniente de alcaldesa y concejal de Cultura, Normalización Lingüística y Memoria Histórica, y presidente del Consorcio de Turismo y Congresos. Pero, sobre todo, es el responsable de Fomento y Promoción de la Ciudad. Este cargo designa claramente la misión de Castro durante este mandato, el segundo de Inés Rey: proyectar la imagen fuera de ella, atrayendo cada vez a más visitantes.  
 

Que A Coruña se convierta en uno de los polos culturales del noroeste español es vital para los planes de la alcaldesa de recuperar “el orgullo y liderazgo” de la ciudad, como le gusta proclamar en sus discursos. Y para ello, es vital que se celebren grandes eventos que atraigan a los visitantes. En su intervención del pleno del pasado siete de septiembre, Castro invitó a los concejales de la corporación (incluidos los del PP y el BNG) a sacudirse los complejos. “Después de doce años de modificativos sistemáticos, debemos  ser honestos”, había declarado. 
 

Para Castro, se trata de un “problema estructural”. La oposición le critica por actuar más como concejal de Fiestas que de Cultura, y confundir ambos conceptos. Pero el responsable respondió que “claro que las fiestas son cultura. Qué son, si no?”. 

Falta por ver si el BNG acaba por aceptar este punto de vista, porque sus votos son imprescindibles para sacar adelante unas cuentas. Los nacionalistas tienen cuatro votos, y el PSOE once. Juntos consiguen la mayoría absoluta necesaria para rebasar al PP, que tiene catorce asientos. En un escenario económico incierto, las negociaciones presupuestarias pueden endurecerse.