Esta semana se talaron dos de los veinte olmos del jardín de San Carlos. Estaban afectados de grafiosis, un parásito muy contagioso, y los técnicos dictaminaron que era la única forma de salvar el resto de los árboles. Pese a todo, la alcaldesa, Inés Rey, reconoció ayer que han recibido muchas protestas. "Hay mucha gente que se quejaba y protestaba. No sé si alguien cree que uno va a talar árboles centenarios, que uno se levanta por la mañana y coge la motosierra", replicó.
La alcaldesa insistió de que se trata de evitar males mayores. "Se han puesto todos los medios para salvaguardar los olmos y parece que no ha afectado a más". En cuanto a qué árboles se plantarán para sustituir a los dos árboles centenarios, Rey respondió insinuando que serán otros olmos: "Entiendo que se tendrá que mantener el carácter histórico. Estamos recuperando el trazado original y las especies autóctonas no vamos a plantar árboles que distorsionen ese diseño del jardín".